Capítulo 23

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Cuando volvimos con el grupo todos parecían desorientados de lo que hace minutos había pasado, no se veía señal de Tom por lo que Gabriela no tardo en cuestionar.

—     ¿Dónde está Tom?– Le pregunta a Louis.

—     Se fue a casa.

—     ¿A la casa de campo o literalmente a casa?– pregunta otra vez.

—     A casa. Le responde.

—     ¿Pelea?– pregunta estúpidamente Josiel dejando escapar una pequeña risa.

—     Sera mejor irnos antes de que estos dos terminen inconscientes. Digo refiriendome a Josiel y Zayn.

—     Si. Responde Louis guiando a Zayn al auto y Gabriela a Josiel.

Gabriela PDV

Sostuve a Josiel por el brazo y la guie al auto.

—     Eres muy linda ¿lo sabes?– dice tocándome la cara.

—     Si Josiel, gracias. Le digo consciente de su embriaguez.

El recorrido transcurrió en un silencio fúnebre, Harry se enfoco todo el tiempo a mirar por la ventana al igual que yo, Louis en la carretera y Josiel y Zayn desde que se acomodaron en el sillón cayeron dormidos, de momento sentí los párpados pesados y caí en un profundo sueño.

Harry PDV

Cuando llegamos a casa fue el momento en que aparte la vista del cristal para darme cuenta que todo este tiempo solo Louis y yo nos mantuvimos despiertos.

—     ¿La despertaras?– Me pregunta al notar mi mirada sobre Gabriela.

—     No, la llevare a su habitación. Le respondo bajándome del auto para rodearlo y abrir la puerta del lado de Gabriela.

—     Llevare a Zayn y Josiel a su casa y dejare su auto ahí, me iré a pie, mi casa no está muy lejos de la suya. Me informa.

—     Está bien. Le respondo cargando a Gabriela, oigo el motor del carro que se enciende en lo que golpeo la puerta principal de la casa con la punta del pie esperanzado de que Rosa este en casa, afortunadamente segundos después ella abre la puerta y me deja entrar sin decir una palabra, subo las escaleras y acomodo a Gabriela en su cama cubriéndola con la sabana, ella gruñe dormida antes de moverse para acomodarse.

Salí al jardín para recoger los bultos que descansaban en el pavimento donde Louis los había colocado antes de marcharse, los tome y antes de volver adentro noté la presencia de un hombre fumando un cigarrillo en la acera de enfrente mirándome fijamente, lo observe a los ojos y nuestras miradas se mantuvieran conectadas hasta que él la aparto para arrojar el cigarrillo al suelo para seguido pisarlo y marcharse.

Puedo jurar que su cara se me hace familiar pero no sé de donde, es imposible que conozca a alguien aquí, nunca antes había venido…

Entre a la casa, dejé caer los bultos al suelo y estire mi espalda un poco agotado.

—     ¿Todo bien?– me pregunto Rosa quien se encontraba en la cocina, asiento, entro a la cocina y apoyo mis codos sobre el mostrador.

—     ¿quieres?– me pregunta sirviéndose una taza de chocolate caliente, asentí y ella saco otra taza y una vez llena me la paso.

—     Harry…– llama mi atención haciendo que mis ojos pasen del chocolate a su cara.

—     Escucha, se que Gabriela no te ha tratado muchas veces de la manera correcta pero debes entender que eres un extraño para ella, actúa así en autodefensa, ha pasado por muchas cosas y aunque no se comparan en lo más mínimo con lo que tú has pasado– recuerdos de mi miserable vida en Inglaterra invaden mi mente– pero ella es una chica, es más sensible, ese accidente automovilístico le quito a sus padres, su infancia, sus recuerdos y casi su vida, y aunque ciertos recuerdos fueron arrebatados por su bien no es justo que alguien tomara la decisión por ella, todos los días agradezco y lamento que sus recuerdos se hayan ido– hace una pausa para suspira y tomar un sorbo de su bebida– pero si ella hubiese recordado como su vida era antes, si ella recordara a ese hombre…sinceramente no sabría qué hacer. Dice dando un último sorbo al chocolate y poniendo la taza en el fregadero.

Un desconocido en casa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora