One-Shots de Soy Luna

32. Nunca te dejare ir

Narra Ambar

Estaba sentada en la plaza cerca del Blake, cuando vi a parejas de enamorados sonriéndose y besándose como si fuera el ultimo momento juntos, quizás eso era lo importante en una relación, no pensar en el futuro y vivir el presente como si fuera el ultimo dia, no se cuanto tiempo estuve sentada cuando llego Simon, ese chico era perfecto, el me alegraba la vida tan solo con una sonrisa, el me hacia feliz como nadie lo había hecho, el era perfecto pero yo no podía olvidar a Matteo.

-Hey, Chulita-Dijo mi mejor amigo-¿Cómo estas?

-¿Cuántas veces tendre que decir que no me gusta que me digas "chulita", Azteca?-Dije sonriendo.

-Con esta, ya son un millón-Dijo riendo, yo solo sonreí.

-¿Ya te enteraste?-Dije fría.

-No-Dijo confundido.

-Hay nuevos reyes de la pista y son Matteo y Luna-Dije con asco.

-No debería importarte-Dijo indiferente.

-Y no me importa, pero ellos me han quitado todo-Dije enojada.

-Me tienes a mi-Dijo sonriendo, yo me tranquilice y lo abraze.

-Gracias-Dije sincera.

-¡Ambar!-Senti los gritos de Jazmin y Delfina.

-¿Qué pasa?-Dije mirándolas.

-Escuchamos hablar a Matteo con Gaston, este ultimo le estaba entregando unos patines nuevos que al parecer son un premio por una apuesta que involucra a Luna-Dijo Delfi.

-Y dejame contarte que los patines estaban super chic, Gaston tiene muy buen gusto-Dijo Jazmin, un cometario sin relevancia.

-No me interesan los patines Jazmin, ni tampoco lo que haga o deje de hacer Matteo Delfi-Dije indiferente.

-Pero...-Dijeron al unisono.

-Nada-Dije cortante.

-Creo que deberíamos decírselo a Luna-Dijo Simon, yo lo fulmine con la mirada.

-Es tu amiga, no la mia-Dije tomando mis cosas-Eres libre de hacer lo que quieras, Adios Azteca.

Me fui, deje a mis amigas y a Simon en la plaza, mientras me dirigía al Roller. Cuando llegue al Roller, me sente en la barra.

-Pedro, ¿Me podrías dar un jugo de fresa?-Dije amable, el asintió y se dirigió a hacerlo.

Vi como Simon llegaba al Roller y se dirigía hacia Luna, yo frunci el ceño.

-El guitarrista no se cansa de acercarse a Luna-Oi decir a Matteo.

-Son mejores amigos-Dijo Gaston.

-Pues a mi me parece que a el le gusta-Dijo Matteo, ¿De verdad le interesaba tanto Luna?, me gire y les dije.

-¿Se pueden callar?-Dije, Matteo sonrio.

-Estas celosa de que hable asi de Luna-Dijo acercándose a mi.

-Creo que ella no esta celosa de ti, creo que esta celosa que Simon este con Luna-Dijo Gaston en un susurro que llegue a oir.

-¿Te gusta el guitarrista?-Dijo apretando los puños.

-Y si me gustara, ¿Qué?-Dije desafiante.

-Estarias cometiendo el peor error de tu vida-Dijo acercándose mas a mi.

-¿Por qué?-Dije enojada.

-Porque estarías con el sin sentir nada, como yo con Luna, no siento nada-Dijo frente a mi.

-No sientes nada-Dijo Luna, detrás de Matteo.

-Yo...-Dijo Matteo nervioso.

-No, Luna te confundiste-Dije intentando arreglarlo-Dijo que no sentía nada conmigo, mientras que no sentía lo mismo que sintió conmigo, siente mas-No se porque intentaba que Matteo estuviera con Luna.

-¿Enserio?-Dijo ilusionada, yo asentí.

-No-Dijo Matteo, yo lo mire confundida-Yo no te amo Luna, perdón.

-Entonces ¿Por qué coqueteabas conmigo?-Dijo confundida.

-Porque soy asi, soy coqueto-Dijo sonriendo-Ademas tenia una apuesta que era lograr salir contigo.

-Entiendo-Dijo Luna, luego le pego una cachetada y se fue, junto a Simon.

-¿Te dolio?-Dije sarcástica.

-No-Respondio ironico.

-Matteo, ¿Por qué le dijiste eso a Luna?-Dije confundida.

-Porque no puedo estar con ella, cuando solo pienso en ti-Dijo tomando mis manos-Se que soy un imbécil por dejarte, y una mucho mas grande por romperte el corazón, pero yo solo lo hice por esa apuesta, se que es muy estúpida mi explicación y que nisiquiera merezco que me perdones pero yo te amo Ambar.

-Matteo, no sabes cuanto espere que me dijeras esto-Dije sarcástica

-¿Enserio?-Dijo sonriendo, yo rei.

-Matteo, nuestro momento ya paso -Dije apenada.

-Nunca te dejare ir-Dijo abrazandome.

Yo sonreí, estuvimos asi, abrazados por mucho tiempo, sin decir nada porque las palabras sobraban y los momentos faltaban.