El diario de Raven

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Odio

Recuerdo la primera vez que fui capas de salir. Fue sólo un minuto pero me sentí más viva que nunca.

Pude sentir el viento en mi cara y la emoción recorrerme el cuerpo. Era algo impresionante pero no podía durar.

Cuando Cassie retomó el control, yo tuve que volver a la oscuridad. Estaba molesta, quería seguir en la luz pero ella no quería dejarme.

Me vi obligada a ver como Pauline le tiraba su odio a Cassie en todo momento y ella no decía nada. Era débil y eso me hacía odiarla, porque si yo tuviera el control ya le hubiera dicho muchas cosas no tan agradables.

Lo peor de todo era que su hermano Chris no hablaba con Cassie. Él también me caía mal. Odio a los niños mimados.

Un día, cuando estábamos en el colegio, sentí algo diferente, algo raro. Cuando puse más atención note que Cassie estaba viendo a un chico de ojos verdes. Muy lindo por cierto.

Él era Lucian, el primer amor de Cassie.

Ese chico no era como los demás de su clase, que solían mantener máscaras y auto nombrarse amigos de Cassie cuando realmente no lo eran, sino que parecía ser alguien transparente, que no ocultaba su verdadero ser. Él me agradaba.

Él era el único que me agradaba de todas las personas cercanas a Cassie, él único por el cual no sentía odio.

Con el pasar de los días supe, que Cassie se había enamorado. Ella le hablaba a su peluche favorito y le decía cosas cursis e incluso fantaseaba con que él se acercaba a ella y le daba besitos. Ugh.

Hizo eso por mucho tiempo, intentando que nadie la descubriera. Sin embargo, a veces se olvidaba que no vivía sola y tarareaba canciones cursis.

Creo que fue en una de esas noches que Pauline la escuchó. Su madre era mala, estaba más podrida que ninguna otra persona que haya visto. Ella tenía más odio acumulado que yo, pero eso no justificaba que se desquitara con Cassie. Sobretodo porque después yo tenía que soportar el dolor.

La ilusa de Cassie nunca supo lo que su madre tramaba y yo, como venganza por no querer oirme nunca, no se lo iba a decir.