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Palabras

Caminé lentamente de un lado a otro, mientras pensaba que hacer con el tiempo libre. Fije mi vista en la pared y una lámpara se encendió en mente.

Si algo me gustaba hacer, era escribir. Así que lo hice.

Le dedique horas y horas a practicar mi caligrafía por las paredes, la puerta de la nevera y otros lugares.

Necesitaba despotricar contra Cassie. Necesitaba reclamarle por ser como era, por perdonar lo que no debe perdonar y por dejar que las personas entren sin invitación a su corazón. Reclamarle por no escucharme, por dejarme todo el peso a mi, por llenarme de un odio del cual no puedo deshacerme solo intentar apaciguar.

El enojo se iba apoderando de mi a cada paso que daba, con cada letra que trazaba, por lo que me descargue gritando.

Se sentía muy bien alzar la voz después de mantenerse en silencio por tanto tiempo.

Termine mi trabajo después de firmar mi obra de arte con un "Raven estuvo aquí" y me recoste en la cama.

El celular de Cassie no dejaba de vibrar y supuse que eran los tres mosqueteros. No les iba a responder, merecían preocuparse un poco.

Tras todo eso, me sentía muy cansada. Mucha diversión por un tiempo. Sin embargo, ya no iba a quedarme en silencio más.

Volví a la oscuridad y me dormi con una sonrisa, mientras Cassie chillaba al ver su nuevo peinado.

El diario de RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora