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Persecución

Durante su último año de preparatoria, Cassie comenzó a ser observada y no, no por un lindo chico que por casualidades de la vida se había enamorado de ella. No.

Durante la primer semana era un tipo grande que aparecía en algunos lugares a donde ella iba.

A la siguiente, era otro.

Cassie estaba asustada, daba al menos diez vueltas antes de volver a casa. Hasta qué estaba segura de que ya no aparecería nadie extraño.

La paranoia se adueñó de ella con rapidez y con justa razón.

Un día, a mitad de camino, la interceptaron los tres hombres. La estaban acorralando.

—Corre.

—No puedo.

—¡Solo hazlo!

Cassie emprendió la huida.

Corrió y corrió, mientras los tipos la seguían a toda prisa.

No se cuanto tiempo estuvo así, no se en que momento fue que dejaron de seguirla. Solo sentí el terror, la adrenalina y el ardor en las piernas.

Cassie estaba agotada, ya no podía seguir. Tenía miedo de que estuvieran tras ella. No era capas de normalizar su respiración.

—¡Allí está!—la voz de uno de ellos se coló por nuestros oídos.

Cassie estaba aterrada, pero no quería quedarse a ver. Comenzó a trotar, pues ya no tenía más energía para correr.

Cada vez le costaba más moverse y cada vez escuchaba los ruidos más cerca.

Sería su fin. ¿Quien sabe que clase de cosas querrían hacerle?

Me daba horror de solo pensarlo.

Entonces, en medio de su escape, ella chocó con un hombre y cayó fuertemente al piso.

—Lo siento, niña. ¿Estas bien?

No era una voz conocida, no era uno de ellos.

—¿Que ocurre, Harry?

—Michelle, creo que habrá que cancelar la junta.

Cassie paseó su mirada por la pareja que estaba frente a ella y, solo en ese momento, se atrevió a mirar atrás.

Los hombres estaban allí mirándonos fijamente.

—Ayuda, por favor...—dijo casi sin aliento.

El tal Harry llamó a la policía y les dio una descripción de los persecutores. Luego la pareja cobijo a Cassie por unos días, hasta que se supo que los habían apresado.

—Gracias por todo señores Darrell.

—Ten cuidado al volver y buena suerte.

Ella se despidió con la mano de los señores que la habían ayudado y de su hija de unos doce o trece años, una pequeña que siempre andaba en las nubes.

Cassie había vuelto a su hogar, ahora mucho más tranquila que antes.

Fue una lástima enterarse un tiempo después, que la pareja había muerto tras sufrir un accidente.

***

Michelle y Harry Darrell... ¿Les suena? Jajsjskaksks sino les suena pueden leer Let's Fly.

El diario de RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora