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Quiebre

Shock. Ella estaba en shock.

Vio como su madre corría al cuerpo inerte de Clara. La sangre esparcida por el suelo y su padre llamando a la ambulancia.

Chris se había quedado sin habla, estaba igual de pálido que Cassie.
—Dios santo, ¿Qué ha pasado?

Alexander se agarraba de los cabellos frustrado, mientras las lágrimas comenzaban a salirle.

La ambulancia tardó unos minutos que parecieron eternos. Los niños se quedaron con su padre mientras que Pauline se subió con la pequeña.

Desgraciadamente, Clara no sobrevivió y eso terminó por devastar a la familia.

Cuando Pauline volvió en sí, comenzó a culpar a Cassie del accidente. Todo se venía abajo tan rápidamente que ella no pudo defenderse.

Ahora podía verlo en sus ojos: Pauline la odiaba al igual que a su padre. Ya no existía amor en ella.

Ese día, Cassie quiso desaparecer, quiso que todo el dolor se fuera, quiso olvidar lo malo. Sintió las lágrimas caer con fuerza y se retorció porque no podía soportarlo.

Entonces, ahí pude comunicarme con ella por primera vez. Fui consciente de que éramos dos personalidades en un mismo cuerpo casi al instante, pero ella no. Ella creyó que estaba enloqueciendo y tenía miedo de oír mi voz.

Yo, que había nacido en una de esas noches de sufrimiento, ahora era capas de hablarle. Sin embargo, ella me tenía miedo.

Con el pasar del tiempo, note como todo empeoraba. Los padres de Cassie se divorciaron y los dos hermanos quedaron a cargo de su madre. Alexander se fue del hogar y todo se oscureció.

El ambiente de la casa era muy denso y Cassie fue el primer blanco.

Cassie estaba siendo sometida a una tortura psicológica muy fuerte por parte de su madre y eso nos afectaba a ambas.

Hasta que Cassie comenzó a delegarme todas esas emociones negativas, todo el dolor que ya no podía soportar, los recuerdos que ya no quería tener en su cabeza, todo fue hacia mí como una estaca en el corazón.

El diario de RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora