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Comienzo

Cassie había llegado a su límite gracias a mi esfuerzo constante por tomar el control. El desgaste que le había producido la llevó al colapso.

Una vez que ella cerró sus ojos, no pudo volver a abrirlos.

Lo siguiente que vimos, fue nuestro campo de batalla. Una habitación enorme, sin límites, mitad blanca y mitad negra. Mitad iluminada, donde Cassie estaba parada, y mitad a oscuras, donde estaba parada yo.

Era la primera vez que nos veíamos cara a cara, frente a frente, como dos entidades distintas en un mismo lugar.

Tenerla frente a mí fue algo extraño, sobretodo porque me estaba mirando a los ojos, porque al fin me veía.

Se veía asustada, pero sorprendida a la vez y sentí molestia.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?— pregunté con arrogancia, ella asintio y me sorprendió—Vaya...

—Si, tengo miedo. Miedo de muchas cosas, miedo a ser rechazada, miedo a estar sola, miedo a que los pocos amigos que tengo se despierten un día y ya no quieran seguir a mi lado, miedo a amar, miedo a entregarme totalmente a alguien y que luego me abandonen. Tengo miedo de tí, de que te hagas con el control y que puedas dañarlos, miedo a no ser suficientemente fuerte para ganarte. Tengo miedo, pero eso no me va a detener.

—Fuertes declaraciones.—reí con sorna—¿Crees que tu discurso va a conmoverme?

—Me extrañaría si te conmueve algo como eso.

—Bueno basta de charla, comencemos de una vez.

No esperaba que ella lo admitiera, no esperaba que se decidiera a enfrentarme con tanta resolución. Sin embargo, ahí estaba. Por eso mismo, iba a dar todo de mi.

El diario de RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora