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Biblioteca

Exámenes, odiosos exámenes.

Ambas estábamos de acuerdo en que eran detestables. Sobretodo durante el invierno, cuando los dedos se le congelaban con el cambio de cada página y debía quedarse hasta tarde estudiando, porque ya no disponía de tanto tiempo libre.

Adiós al trabajo en la cafetería y hola biblioteca.

Si, tuvo que dejar el mejor empleo que había tenido, porque se habían negado a darle días de estudio, para poder presentar bien sus exámenes.

Uso esa oportunidad, para comenzar a ir a la biblioteca.

Allí conoció a Eli, una peliroja, más baja que ella. Era la recepcionista que siempre tenía su cara metida en un libro distinto.

Ella fue la que le dio la idea de hacer un blog y registrarse como traductora free lance.

Con ayuda del gnomo de jardín, Cassie creo un blog y comenzó a escribir.

Ella no lo sabía. No dejaba que se diera cuenta de que muchas veces escribí por ella. Era tan sutil que no era capaz de notarlo.

Lo hice porque escribir es lo único que me mantiene cuerda, que le deja una pista al mundo de que existo.

Al principio no había mucho trabajo, pero poco a poco fue creciendo, fue aumentando la cantidad de pedidos y las recomendaciones.

Cassie solía ir a la biblioteca a estudiar, pero ignoraba un detalle que yo si vi. Quizá y sólo quizá no deje que lo viera.

En uno de los libros había un pedazo de papel con apuntes. La letra era de Lucian, de hecho hasta había escrito sus iniciales.

Al parecer ambos estaban más cerca de lo que pensaban.

Hubiera dado cualquier cosa por verlo otra vez, pero no podía. Si dejaba que ella se enterase, comenzaría a huir de nuevo.

Así fue como decidí ocultarselo.

El diario de RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora