Aria y el pirata [Nick Robinson]

Capítulo VI

Nick encontró a Aria y a Lucas en el muelle, admirando el Princesa de los Mares, con George tumbado a los pies de Aria, jadeando. Tenía los ojos cerrados, como si esperara quedarse dormido en cualquier momento. Aria contemplaba los altos mástiles; largos mechones de cabello le caían por la espalda y los rizos dorados brillaban contrastando con el oscuro abrigo.

Lucas hablaba acaloradamente; su joven voz estaba llena de entusiasmo mientras describía las diferentes características del barco.

-Es un gran barco. Con un aparejo perfecto y tan bueno como el mejor. Deberíais haberlo visto cuando encontramos un barco pirata cerca de... ¡Oh! Aquí estáis, capitán -dijo Lucas, sonriendo de oreja a oreja. -La señorita Markham estaba admirando el Princesa de los Mares.

-¿La señorita Markham?-preguntó Nick, alzando una ceja.

-Lucas se dio cuenta de que yo no era un chico -respondió Aria, aún mirando hacia lo alto del mástil; el sombrero le protegía el rostro del sol. -Lucas, ¿de verdad has subido hasta arriba de todo?

-Sí, señorita. He subido muchas veces cuando estoy de guardia. Se pueden ver millas y millas desde allí arriba.

La expresión de Aria se suavizó mientras miraba hacia lo alto con una mirada perdida en los ojos.

-Millas y millas -murmuró en voz baja. -¿Da miedo?

-Sólo la primera vez. Después... -Lucas se encogió de hombros. -Te acostumbras.

-No creo que yo pudiera acostumbrarme a eso. -Sonrió ingenua. -Aun así, algún día me gustaría subir hasta lo más alto.

Lucas apretó los labios.

-Es peligroso andar subiendo por los aparejos. He visto a muchos hombres caer y matarse.
Nick no podía creer que Aria, normalmente tan remilgada y formal, estuviera en el muelle, manteniendo una conversación con un vulgar grumete sobre la emoción de subir por el aparejo de un barco. Esa no era la Aria Markham que él conocía.

-Es hora de subir a bordo -dijo Nick secamente. Ya había tenido suficiente Aria por un día. Avisaría a Alex de que había encontrado a su caprichosa hermana y luego la enviaría de vuelta a High Hall, que era donde debía estar. -Señorita Markham, permitidme que os acompañe a mi camarote.

Aria apartó la vista de las velas con obvio desagrado.

-Gracias. Debo hablar con vos.

Nick lanzó una rápida mirada a Lucas, que los observaba de una manera especulativa, como si estuviera deduciendo algo por sí solo.

-Sube a bordo y dile a Smythe que tengo una visita.

-Sí, capitán. -Lucas sonrió alegremente a Aria y atravesó corriendo la plancha tan rápido que sus flacuchas piernas parecían destellos.

Aria lo vio marchar y el corazón se le encogió. Por alguna razón, se sentía nerviosa y con el estómago hecho un nudo. No estaba acostumbrada a sentirse impotente, pero tenía que conseguir la ayuda de Nick si quería rescatar a Alex. Había pasado todo el camino hasta el puerto pensando en qué le diría al capitán, pero en aquel momento no encontraba las palabras.

Quizá sus nervios se debieran a que Nick parecía diferente allí, en el muelle. Allí él era el jefe, pero también aparentaba más edad que cuando había ido a visitar a Alex a High Hall.

Naturalmente, habían pasado varios meses desde que lo vio por última vez, y no pudo evitar notar que tenía los hombros más anchos, aunque llevaba más corto el oscuro cabello.

Lo observó y apartó rápidamente la mirada. Nickolas Robinson era demasiado apuesto para su tranquilidad de espíritu. Se aclaró la garganta.

-Vuestro grumete parece conocer muy bien el barco -comentó Aria, intentado sacar algún tema para relajar la tensión, que amenazaba con dejarla sin voz.