Parte 8

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Al día siguiente, me levanté temprano. Mi madre insistió con dejarme en el trabajo tomando el metro. No tenía mi teléfono conmigo.

―No salgas sola a ninguna parte, y avísame cuando salgas para venir por ti.

―No es para tanto, mamá.

Me despedí y entré.

Entré al lugar. John y Pris estaban allí.

―Supimos lo que pasó anoche ―dijo ella―, ¿Estás bien?

―¿Cómo lo supieron?

―Lo que escribiste en Facebook ―dijo John.

Lo leí.

"Siento la preocupación. Mi ex novio Francis Gilligan ha intentado difamarme y me ha acosado hasta el punto de atentar contra mi vida. Si las imágenes han llegado hasta ustedes, favor de denunciar para ayudar con la demanda".

―¿Te hizo algo?

Rodé los ojos.

―No, todo está bien.

Abrí Facebook en mi ordenador y le escribí a Danny.

"Tienes mi teléfono, ¿Verdad?"

"Sí, lo dejaré esta noche en tu casa".

"Gracias".

Debía estar ocupado.
Revisé el informe. Estaba correcto.
Atendí hasta las cinco y luego me fui a casa. Por suerte el domingo era mi día libre.
Al salir, había un auto con un cartel que tenía mi nombre.
Me subí.

―Señorita Grey, el señor Roman me ha indicado que la lleve a casa.

Sonreí.

―Gracias.

Me dejó en la puerta, y cuando iba a pagarle, se negó rotundamente.
Entré a mi casa. Mi mamá me miraba.

―Te viniste en taxi, te dije que me llamaras.

―Danny tiene mi teléfono.

―¿Quieres hablar?

Negué.

Al anochecer, mi madre llegó a mi habitación.

―Danny quiere hablar contigo.

Alcé las cejas. Tomé el teléfono.

―¿Llegaste bien a casa?

―Sí.

―¿Tienes ánimo para ir a una fiesta?

―No voy a fiestas.

―Bien, te lo pondré de esta forma. ¿Quieres volver a ver a tu teléfono del cual se me la clave que me da acceso a tu vida privada?

―Sí quiero.

―Paso por ti a las diez, usa un lindo vestido, Grey.

Rodé los ojos.
Me di una ducha.
Luego de vestirme y secarme el cabello, bajé a cenar. Todos estaban muy callados.

―Saldré a una fiesta esta noche, no quiero que estén llamándome cada diez minutos, estaré bien.

―No es bueno que salgas.

―Mamá, creo que ya aprendió su lección ―dije―, estaré con Danny y Matty, sólo no te preocupes.

Suspiró.

―Bien, avísame si te vas a quedar en otro lugar.

Asentí.
Eran las ocho. Vi una película de suspenso, y al acabar, me peiné. Me hice ondas suaves en el cabello. Fui a mi armario. Tenía un vestido negro. Era Ajustado. Me lo puse. El escote por lo menos se veía bien. Era profundo en V, y tenía trazos de tela que impedía que las chicas se salieran de lugar.
Me compré ese vestido para usarlo en año nuevo, pero mi mamá dijo que mi abuela lo desaprobaría totalmente, así que usé otra cosa.
Me coloqué tacones, y comencé a maquillarme.
Maquillarse era fácil cuando se tiene ojos grises.
Busqué algún sweater abierto y holgado, y esperé a que llegara. Fue muy puntual.

―¿Comiste? ―me pregunté.

―Sí, en la cena. Fue hace tres horas.

―Hmm.

Pasamos a un McDonald's, me obligó a comer.

―No quieres tener el estómago vacío, créeme.

―¿Y de qué es la fiesta?

―Lo sabrás cuando llegues.

Lo miré.

―No es una fiesta sorpresa, ¿Verdad?

Rió.

―No.

Pasamos a un minimercado de 24 horas, y compré muchas golosinas.

―¿Por qué comes tantas golosinas?

―Me dan súper poderes.

Rió.

―¿Te pones de mal humor sin ellos?

―No, me quitan el mal humor.

Llegamos a una casona en el barrio Chelsea.

―No te espantes, tengo amigos especiales. De hecho tienes una función esta noche.

Arqueé las cejas.

―¿Qué gano yo?

―Alcohol, y, no sé, lo que me pidas. Sólo quiero que hagan el rumor de que ya no estoy libre y superé todo.

No entendía nada.
Nos bajamos del auto, y entramos a la casa. Estaba lleno de gente joven, se notaba que era de otro estrato social. Bebían whiskey caro y llevaban trajes bonitos.

―¡Llegó el festejado!

Muchas personas lo saludaban.

―¿Estás de cumpleaños o algo así? ―le pregunté.

Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora