Quería saber qué se sentía, pero iba a acabar mal. Todo siempre acababa mal.
―Sólo estás herida, Grey. Puedes acostumbrarte a proteger tu corazón debilucho hasta que sea fuerte, o puedes arrancar.
―Si decido proteger mi corazón debilucho, ¿Qué debería hacer?
―Sólo debes hacer lo que quieras mientras no sea salir corriendo.
De pronto, la madre de Danny abrió la puerta.
Nos vio. Cerró la puerta.
Miré a Danny.―Está bien que no creas en el amor, estoy totalmente de acuerdo con eso, pero...
―Sí creo en el amor, lo he sentido ―dije―, no creo en las relaciones. Por eso me gusta fingir, porque sé que no sientes nada y no debería preocuparme.
―Entonces no deberías preocuparte por el sexo ―dijo―, sólo será momentáneo, y no me enamoraré de ti ni tú de mí. Sólo carne, Grey.
Miré hacia el techo.
Ya lo había hecho con personas que no me querían antes, ¿Por qué no lo haría ahora?
Dejé que Danny besara mi cuello y me tocara con sus manos. Me quitó el brasier, lo tiró lejos de su vista. Besó mi pecho, luego los tocó con sus manos.
Comenzó a bajar, hasta llegar donde él quería. Se irguió. Metió sus manos bajo el colchón, y luego sacó una tira de preservativos.
Sacó uno, lo abrió con los dientes y lo puso sin dejarme mirar. Luego volvió a lo que hacía, me bajó la ropa interior, y comenzó a besarme allí. Sentía cosquillas. Yo miraba hacia arriba.
Nunca antes lo había hecho. El sexo conmigo se limitaba a lo normal. Se acababa y ya, y a veces de nuevo lo mismo. El que alguien me tocara era nuevo. El que alguien me besara más allá, era algo nuevo. Él abrió mis piernas un poco, y siguió haciéndolo.
Gemí entre dientes.
De pronto sus dedos comenzaron a complementar lo que él hacía. Entró un dedo.
Gemí despacio.
Luego miró su dedo, y se detuvo.
Se acomodó entre mis piernas. Se quitó la toalla que lo rodeaba, y presionó hasta entrar.
Me encogí. Él me empujó hacia atrás, y siguió besando lo que encontró a su paso.
Era doloroso como la primera vez. Quizás era por todas las veces que lo había hecho con Leo la noche anterior. Fue sexo duro, y muchas veces.
Comenzó a moverse, presionando, una y otra vez. Sus manos me inmovilizaban.
Comenzó a hacerlo más rápido. Era intenso. A veces juntaba un poco mis piernas, a veces hacía que mis rodillas tocaran mi abdomen.
Se alejó. Tomó mis pies, y con ellos volteó mi cuerpo. Me colocó boca abajo. Me dio una nalgada, y me hizo levantar la cola.
Lo hizo desde atrás. Seguía siendo intenso, me hacía juntar las piernas. Se colocó completamente sobre mí, alcanzando mi torso que estaba apoyado contra la cama.
Me besó la espalda, me hizo cosquillas.
Comenzó a presionar más cuando ya no podía ir más adentro. Hacía que me quejara, era una sensación intensa que nunca había sentido.
Lo hacía de nuevo, y de nuevo, hasta que comencé a sentirlo. Era algo impresionante, era el principio.
Se alejó un poco, comenzó a hacerlo normalmente y presionando más al ir a tope, fueron tres veces y me encogí. Con los ojos bien abiertos. Me quedé quieta, también él al sentirlo.
Fue impresionante.
Él continuó cuando la sensación se detuvo y me destensé, seguía empujando hasta comenzar a moverme hacia adelante hasta tocar el muro. Luego me levantó, y me apoyó contra este. Seguía haciéndolo desde atrás, me abrazó cruzando sus brazos por mi abdomen, y luego puso sus manos sobre mis pechos.
Seguía siendo intenso. Me hacía gemir. Luego comenzó a hacerlo rápido, hasta que se clavó fuerte y gimió. Apretó mis pechos un poco.
Sonaba agitado.
Luego de respirar un poco, apoyó su cabeza en mi hombro.―Sólo imagina las posibilidades, Grey ―susurró.
Y lo hice, con todas las posibilidades mientras teníamos sexo.
Se alejó. Se vistió rápido, y salió de la habitación.
Yo me vestí rápido, y fui al baño. Me miré en el espejo.
¿Y si comenzaba a querer más de él? No podía ser.
Abrí la puerta, Danny estaba apoyado en ella. Casi cae hacia atrás, pero lo contuve.
Bajé las escaleras, él venía atrás de mí.
Necesitaba comer dulces, o iba a colapsar de alguna forma.
Busqué entre las bolsas que dejamos en la cocina, no podía encontrarlos.
Danny me detuvo. Tomó mis manos y las cruzó por mi abdomen para inmovilizarme y calmarme.
―Tranquila.―Debo irme de aquí ―dije―. Lo siento.
―¿Eso es lo que siempre haces? Huyes de la persona con la que tienes sexo, ¿Eso haces?
No me dejaba ir.
―Basta de esa costumbre, Grey, no irás a ninguna parte. Somos amigos, no va a cambiar nada, lo prometo.
Me volteó, y puso sus manos sobre mi cuello. Era verdad.
―Nada más de miedo, Grey. Estoy para suplir lo que necesites, compañía, aburrimiento, sueño, alguien con quien beber, con quien tener sexo, lo que sea. ¿Está bien?Asentí.
―Nada se volverá raro, lo juro.
Asentí de nuevo.
Le di un abrazo. Me sentí segura y más calmada. De alguna forma algo había cambiado.
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Dejaré esto por acá y me retiraré lentamente.
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Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientes
RomanceGrey vive una vida de perfección y autosuficiencia, pero ¿Quién sabe las vueltas que da la vida? Bueno, Danny puso su vida de cabeza. *Historia de la friendzone *Contiene spoilers de distintas series conocidas por ser eternas.