Parte 14

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―Puedo ayudarte si lo deseas ―dije.

―Necesito quien dirija la organización mientras yo atiendo el evento a beneficio de Buckingham.

―¿Tienes el listado?

Me dio el de quehaceres y los números de teléfono.

―¿Harías esto por mí?

Asentí.

―Sólo debes ir, cerciorarte de que todo esté en orden y luego retirar la indumentaria. Iré a recogerte al terminar si lo deseas.

―Tengo a Hermes, ma. Él me llevará.

―Debes estar allí a las ocho. Ponte vestido y tacones, es una cena cara.

Fui a la ducha, me coloqué un vestido bordeo con pedrería y unos tacones. Me maquillé, y me hice un peinado viendo un tutorial de youtube.

Fui a cenar, y llamé a Hermes.

―¿Hola? ¿Señorita Grey?

―Hola Hermes, necesito que me lleves a un lugar.

Llegué ahí a tiempo. Hermes condujo como si lo persiguiera el diablo.

―Gracias, llamaré a Robert cuando acabe.

―Que tenga una buena noche, señorita Grey. Se ve muy bien.

Sonreí.
Entré al lugar, era un gran teatro.
Me esperaba un hombre en la entrada.

―Debes ser Grey. Monique me ha dicho que tienes las instrucciones.

Asentí.
Me presentó al personal.

―Las mesas deben ir en el centro, y en la orilla izquierda estará el bar. Los arreglos florales...

Mamá tenía un dibujo para todo. Terminamos una hora antes de que comenzara la cena.
Era otro evento a beneficio, de una gran fundación.
Fui a ayudar al bar, a servir los tragos para el primer brindis.

―Queremos agradecer a las empresas que nos acompañan esta noche como patrocinadores de este gran evento, que está organizado y traído esta noche por la productora de eventos Monique Bancroft.

Las personas aplaudían.

―Saludar a los patrocinadores y representantes de las empresas Grand Royale, Hershey's, Twinings Tea Company, y Rolls Royce traídos a ustedes por la Flota Roman.

Levanté la cabeza y comencé a mirar por las mesas. Pensé que encontraría a Danny ahí, pero no lo vi.

Terminé de servir las bebidas, y fui a la cocina. Los platos estaban preparados y armados.

―Las entradas salen en cinco minutos ―dije.

Salí de la cocina, y me senté en el bar.

Pasó una mujer y me dijo:

―¿Quiere apuntarse en la cita de beneficio? El máximo es dos citas, se lleva el cinco por ciento de lo que ofrezca.

No entendía.
Anoté mi nombre.

―Bien, gracias, cuando me vea en el escenario, entre en la zona de ofrendas.

Abrí los ojos.
Dios.

―Por favor, anote su ocupación, su edad y algún otro dato. Es una buena oportunidad para generar lazos financieros y ayudar a esta gran institución.

Anoté lo que me pidió.

―No es tan malo, querida, sólo una cena con personas educadas.

Sonreí.
Me sentí más aliviada.

―¿Cuántas citas?

―Una ―dije.

―Gracias, querida.

La persona en el escenario dijo:

―Damos comienzo a la cena con esta maravillosa entrada, disfruten.

La comida comenzó a salir. Treinta meseros para cincuenta mesas. En dos minutos ya estaba todo listo con la entrada.
Volví a la cocina.

―Las ensaladas en diez y los platos de fondo en quince.

―Entendido, Grey.

Amaba dirigir.

Volví afuera, ayudé con los vinos y cuando estaba en medio de todo, el tipo que animaba se acercó a mí.

―Señorita Grey, una persona requiere hablar con usted.

―Está bien.

Abandoné lo que hacía, y me llevó hasta una de las mesas. Un hombre algo mayor era quien me llamaba.

―Hola, soy Grey Bancroft, soy representante de la productora de eventos esta noche.

―Soy Enrique Christie. Verá, hemos hablado con mi esposa acerca del magnífico trabajo de esta noche, y nos ha sorprendido la rapidez con la que atiende este servicio. Queremos programar una cita para planear la boda de nuestra hija.

―Será todo un placer. Por desgracia no traigo las tarjetas de mi madre esta noche, pero si me dice cómo contactarle, le haré llegar la información y programaremos una cita lo antes posible.

―Eres demasiado amable.

Me dio su tarjeta de negocios. Era CEO en una empresa que no lograba pronunciar.

―Llame mañana entre las tres y las cuatro.

La recibí.

―¿Está todo bien con su comida? ―le pregunté.

Asintieron todos.

―Gracias por preguntar.

―Debo saberlo ―reí.

Pregunté mesa por mesa. Más de alguna persona me dio su tarjeta de paso hasta allá.

Sólo quería encontrarme con Danny.
Fui por mi bolso, para guardar todas las tarjetas que las personas me dieron.
Llamé a Danny.

―Hola Bancroft.

―Hola ―dije.

―¿Qué cuentas?

―Ah, pues, quería saber de ti.

―No estoy en el evento si es lo que te preguntas. No en ese.


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Empieza lo bueno en el próximo capítulo, si quieres más te subo más jajajaja

Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora