Parte 19

96 4 4
                                    


―Buenas tardes, señorita Grey. ¿Qué tal las compras? 

―Eternas. Quería un vestido y no he podido comprarlo porque no había de mi talla.

―Es una lástima. 

Me llevó a casa.

Hice algo de tarea, estudié un poco, y luego bajé a cenar. 

―Grey, quiero hablarte de algo.

Tomé la ensalada y eché un poco en mi plato.

―¿Qué ocurre? ¿Es sobre Francis? ¿Puedo ir a verlo? Necesito hablar con él.

―Es otro tema, esto lo discutimos después. 

Tensé la mandíbula.

―Tu trabajo fue fantástico, ¿Quieres trabajar conmigo? Siempre necesito ayuda, y últimamente, con este idiota enfermo he tenido que andar corriendo por aquí y por allá. ¿Qué dices?

Asentí y sonreí.

―¿Es enserio?

―Sí. Lo único que lamento es que la mayor parte de los eventos es en la noche, pero puedes soportarlo.

Sonreí de nuevo. 

―He recibido bastantes llamados para citar nuevos eventos, necesito más ayuda.

―Bueno, también debo comentarles algo. 

Mi padre miraba atento. Era muy callado, pero era sabio.

―Me gusta mucho Danny, y estamos saliendo hace un par de días. 

Mamá sonrió.

―Es una noticia magnífica. 

Que vil mentira.

Fui a ver Dr. Who a mi cuarto, y me dormí con la tele encendida.
Desperté con un llamado.
Danny.
Eran las dos de la madrugada.

―¿Hola?

―¿Estabas dormida? 

―Sí, ¿Qué ocurre?

―Les he dicho a los chicos que estoy saliendo contigo y se ha armado un gran escándalo. Susane viene hacia acá ahora, viene de Canterbury.

―Espera, me visto enseguida.

―¿Segura? ¿En cuánto más paso por ti?

―Estaré lista en unos diez minutos.

―Bien. Nos vemos. 

Me coloqué ropa algo rápido. Unos Jeans ajustados y una playera con algo de escote. Cepillé mi cabello, me lavé la cara y me maquillé un poco. Me veía pasable.

Me coloqué algo de perfume, y llevé unos tacones en la mano.
Danny llegó en quince minutos. 

―Necesito que sonrías y no te despegues de mí.

Asentí. 

―No te duermas, o llegarás con cara de haberte sacado de la cama.

Me dio unas golosinas. 

―Pellízcate los labios un poco. Que parezca que te estuve besando.

Llegamos a casa de Patrick. Me coloqué los tacones.
Entramos. 

―¿Ven? Era cierto ―dijo Patrick.

Danny se acercó mucho a mí, y puso sus manos sobre mis mejillas.

Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora