Parte 10

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―¿Quién es el dueño de casa? ―pregunté. 

―Yo ―dijo Patrick.

―Espero no te moleste que use el cuarto de tus padres ―sonreí. 

La muchedumbre se escandalizó.

Le tomé la mano a Danny y él me guió hasta allí.
Cerramos la puerta, y se apoyó en ella.
Escribió en su teléfono, y me lo mostró.

"¿Qué demonios haces?".

"¿Tienes miedo?".

"No, pero puedo notar que estás espantada".

Reí nerviosamente.
Escribió de nuevo.

"¿Tienes algún plan? Sigue riendo, por favor".

Negué, y reí de nuevo. Estaba ebria. Notoriamente ebria. 

―Hey, tranquilo ―dije, acercándome a él.

Chocó contra la puerta con su espalda.
Comenzó a picarme el abdomen con sus dedos, gemía y reía.
Sacó su billetera. Tenía preservativos allí. Abrió uno. Me indicó la puerta de un baño dentro de la habitación. Entré allí. Estaba lleno de cremas para el rostro. Tomé algunas y las llevé hasta él. Él vertió contenido dentro del globito. Él pellizcó mi pierna con sus dedos, gemí más fuerte.

―Eso dolió ―susurré.

―Lo sé ―sonrió. 

Se fue al piso, comenzó a hacer ejercicios apoyando su cuerpo en sus brazos, subía y bajaba. Luego fui con él, me coloqué de espaldas al piso. Él sostuvo mis piernas sin mirar nada. Hice unos cuantos ejercicios abdominales. El dolor era real.

―Vamos, adelante ―decía―, más rápido... 

―Ay, Dios, que dolor... ―me quejé.

―Vamos, queda poco, sólo un poco más. 

Nos detuvimos. Él anudó el preservativo. Se acostó sobre él, y me dijo "Tócame".

Me subí sobre él, y le masajeé la espalda.
Él estaba jodidamente tenso. Gemía demasiado. 

Luego me acosté sobre él.

―Besas terrible ―le susurré.

―Mientes ―dijo.

―¿Preparado para el final?

―Oh, sí, adelante...

Dio un gemido final cuando le apreté el estómago, y luego me acosté a su lado.

―Deberíamos hacer esto más seguido ―sonreí.

―Te debo una ―sonrió―, si no hubieras estado, realmente me habría tenido que tirar a alguien.

Se movió. El preservativo estaba intacto.

Me subí un poco la falda, él desabrochó su cinturón y desabotonó su camisa. Me desordenó el cabello.
Volvimos con el grupo. Seguían jugando. Danny le lanzó el preservativo en la cara a Patrick, quien saltó del asco.
Me arreglé la falda, Danny me arregló el cabello mientras yo le abotonaba la camisa. 

―Bien, es tu turno.

Giré la botella. Patrick.
Arqueé las cejas. 

―¿Verdad o desafío?

―Desafío. 

―Lánzate a la piscina desnudo.

Danny rió. 

―Esto es lo último, es hora de volver a casa.

Finalmente Patrick se lanzó a la piscina, pero su hermana Portia cerró todos los accesos mientras lo grababa con su teléfono.
Volvimos a casa despacio, después de todo, él estaba ebrio, igual que yo. 

―No puedo llegar ebrio a casa, ¿Puedo quedarme aparcado afuera?

―Claro, ven a dormir arriba. 

―Pensé que iba a dormir en el auto.

―Hace mucho frío. 

Él traía mis zapatos en sus manos. Entré a casa, y subimos a mi cuarto.

Se quitó la camisa, traía una camiseta blanca abajo. Se quitó los pantalones. Usaba unos calzoncillos horribles.
Busqué una playera enorme que usaba para dormir en el armario. Me cambié con la luz apagada.
Me acosté en mi cama, y no supe del mundo hasta que desperté.

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:D aprovechando el bello día, cabe mencionar que el contenido de este capítulo es la página 24, y llevo 231 jiji, hay Grey y Danny para rato :) 

Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora