Parte 16

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Miré a Danny. Me miraba sonriendo.

―Bien. ¿Me das tu número? ―le pregunté― debo volver a trabajar...

Sonrió.

―Ya tengo tu número, sólo quería saber si el viernes te parecía bien.

Asentí.

―Hermes pasará por ti, nos vemos a las ocho.

Le sonreí.

―Eres muy bonita.

Me sonrojé.
Volví al bar. Quería que me tragara la tierra.
Era muy parecido a Danny, y Danny era bastante atractivo.

―Grey, ¿Quieres beber algo?

―Oh, claro, lo que sea.

Me sirvieron un vodka tónica, y lo bebí.

―Adoré la expresión en el rostro de todo el mundo cuando te estábamos comprando.

Levanté la cabeza. Era Danny.

―Ha sido el momento más tenso de toda mi vida, y pasé por las postulaciones para la universidad.

―Ha sido divertido ―corrigió―. Volé por todo Londres para llegar a la subasta. Siento haberte incomodado.

―Ya aprendí la lección ―dije.

Me terminé el trago.

―Oye, despacio. Mañana hay que ir a estudiar.

―Tengo ansiedad.

De su bolsillo sacó una bolsa con caramelos.

―Cortesía de la reina.

Me temblaban las manos. Tuvo que abrirla por mí.
Quería salir corriendo. Muchas personas seguían mirándome aún.

―¡Dios, no! ―dije, rechazándolos al ver a las otras chicas subastadas mirándome.

Me escondí tras el bar.

―Grey, sal de ahí ―dijo, intentando verme.

―Sólo vete ―le dije.

―Grey, no te enojes, sólo quería ver las caras de las otras personas.

―Sabes que no quería participar, pensé que sería divertido.

―Evitamos que salieras con un idiota.

―No es cierto ―le dije.

Me levanté despacio. Aún tenía los dulces en la mano.

―Grey, cualquier persona querría pelear por salir contigo.

Seguía donde sólo él podía verme.

―No es cierto ―dije―, sólo basta, parece una broma de mal gusto.

―No es una broma, eres una buena persona.

―No sabes eso.

―Sí lo sé, haces a las personas mejores. Y cuando las dejas, se van a un pozo sin fondo.

Me erguí.

―Por favor, ve a tu silla. Debo seguir trabajando.

Lo miré con seriedad, y luego de esperar a que dijera algo más y que no dije, volvió a su silla.

Llegaron las tres, las personas bailaban. Danny estaba en su silla, hablando con su hermano. No se veía muy animado.

―Al parecer no esperabas el resultado de la subasta.

Novios Falsos 1: Nunca dices lo que sientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora