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Jobanka lo ayudo a levantarse y salieron con los brazos entrelazados, como cuando un padre deja su hija en el altar, llegaron a una silla de madera que colgaba como un gran columpio de la rama de un grueso árbol, cuando miro para arriba noto una gran casa del árbol con una buena terraza y con una escalera que llevaba a quien sabe donde porque se perdía entre las ramas, se veía algo vieja.

—¿Tiene nietos pequeños?

El señor tenía la mirada perdida, hasta que se percato de la pregunta hecho un resoplido de resignación.

—No, solo uno y se volvió un total maleducado, amargado y solitario, pero respetamos su decisión de ser así, pude tener más nietos pero Malena paso por varias cosas y no pudo tener más hijos—Dijo mirando a la nada como recordando su pasado.

—Entonces esa casita...—apunto para arriba—¿Es del chico nudista.

—¿Cómo?

—Cuando iba llegando me quede viendo su casa, un chico sin camiseta me dijo sorda y tarada, me lo volví a encontrar en la cocina, pero con camiseta y todo eso, me acuerdo que mi padre nos quiso hacer una, pero jamás tuvimos un árbol así de grande solo un cactus y me astille muchas veces—Dijo ella con una sonrisa y riéndose a lo que el señor se le unió.

—Debes de ser muy inquieta ¿No?

—Como no tiene una idea, mis padres creyeron que era energía acumulada así que me inscribieron en ¡Muchas cosas! como: Natación, fútbol, basquetbol, gimnasia, me compraron unos patines y me llevaban al parque cada tarde, hasta mi tío me enseño malabarismo y magia es un hobby de él y me lo pasó.

—¿En serio? A ver has un truco—ella puso cara pensativa y se acordó de uno que le gustaba mucho.

—Espere aquí, regreso en un momento—Corrió hasta su cuarto y de una mochila saco una caja de zapatos, donde traía todo para la magia y de ella saco un aro de unas dos pulgadas y una cadena de bolitas de fierro, volvió a correr esquivando todo lo que tuviera enfrente, cuando volvió y recupero el aliento le dijo.

—Preste atención—Puso la cadena estirada y la agarró del extremo de arriba, coloco el aro dejándolo caer en un movimiento rápido que para el espectador era "Mágico" el aro quedo en un nudo en la parte posterior de la cadena, hizo una reverencia y se lo coloco como collar al señor.

—¿Cómo rayos hiciste eso?

—Fue el primero que aprendí y antes de saber cómo se hace me parecía completamente mágico pero me gusta mucho decir "Un mago jamás revela sus secretos"—Después de su comentario los dos rieron.

—¿Qué más sabes hacer?

—Se darme marometas de atrás para enfrente y de enfrente para atrás, también vueltas de carro, mire.

Se fue hacia el césped recién cortado y se empezó a dar marometas como ella lo había mencionado terminado de pie con los brazos en el aire como toda una gimnasta profesional.

—Eres sorprendente.

—Sí, pero ninguna de esas cosa me quitaron lo torpe, pero bueno, no se puede tener todo en la vida—dice sentándose donde estaba con el anteriormente.

—¡Yo digoque sigue siendo la misma niña estúpida  de la entrada!

Se escucho una voz desde arriba, los dos voltearon para enfrente y arriba, en la terraza trasera se encontraba de nuevo el chico.

—¡Gracias que en concideres una niña,, sinceramente todavía no quiero crecer!—Mira hacia El abuelo del nudista—Señor...

—Dime José querida—le interrumpe el señor.

—¡A claro! José ¿Cómo se llama el nudista?—José dio una carcajada, mientras que ella volvía a similar lo que dijo pero se dio cuenta que estaba diciendo la verdad así que para ella no fue gracia sino confusión y en la terraza se hallaba un muy confundido chico.

LA CUIDADORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora