—Adiós no vemos el jueves—Se despide Jobanka.
—Recuerda que tienes que conseguir pareja—Le recuerda Lucy al cerrar la puerta de la casa y Jobanka grita.
—¡Me saludas a mis padres!
Ya que se despidió se dio la vuelta para encontrarse con Peter en la misma posición de antes, dio un resoplido de enojo y después puso una de sus mejores sonrisas y sin meterse al carro agarra el vestido que estaba en el asiento de donde venia y sin decir nada se fue caminando en dirección a la estación de autobús.
Peter se percata de que no se subió y empieza a conducir a su altura.
—¿Qué haces? ¿Por qué no te subes?
Sin despegar la vista de enfrente Jobanka dice—Creo que necesitas pensar lo que pasó, porque yo podré ser de todo pero me fije bien que te equivocaste en gritarle a mi hermano—Dice tan tranquila como si estuviera viendo la televisión.
—¿A qué te refieres?
Jobanka ya estaba esperando al autobús sentada en la banca.
—Que por si tú no te diste cuenta, tú fuiste el que frenaste de repente, a causa de eso mi hermano se estrelló en el asiento, embarrando el helado, pero claro que a ti no te importo si mi hermano se hubiera lastimado, sino que te empeñaste en gritarle, se que estuvo mal que le dijéramos que se subiera en un auto ajeno a comer el helado, pero por lo menos me hubieras gritado a mí y no a él y para rematar él se sintió culpable, te pidió perdón una infinidad de veces y tu solo lo ignoraste, así que piénsalo—dice levantándose y dirigiéndose al autobús que estaba por llegar dejando a Peter, arrepentido de lo que acababa de hacer.
Cuando Jobanka llegó a la casa eran las dos cincuenta, cuando entro gritando.
—¡¿Hola?! ¡¿Hay alguien?!
—¡En la sala!—Se escucha la voz de José.
Cuando llega a la sala ve al abuelo sentado viendo por la gran ventana que da al jardín.
—Hola viejito lindo, ¿Que hiciste en mi ausencia?
—Casi nada, solo estuve en el jardín y arreglando algunas cosas para el jueves, ¿Si vendrá tu familia verdad?—Cuestiono con un poco de preocupación.
Jobanka ríe un poco.
—Claro que si, ellos están muy agradecidos porque me hayan dado el trabajo y están más que honrrados de venir.
—Que bien, sabes, no sé que hubiera hecho si no hubieras aparecido en mi vida, si bien esta casa se estaba poniendo deprimente, tú llegaste a alegrarla.
—Hay que cosas dice, sabe, mi abuela me solía decir que todo pasa por cosas que nadie se explica, también me dijo que nunca coma nachos verdes del mercado, pero pues se me olvido y me intoxique, no tiene idea de lo que me hicieron, solo comía gelatina ¡¿Qué es eso?!, espera ¿De qué hablábamos?
José soltó una risa.
—A veces me sorprende que tengas diez y ocho años.
Se escucho que se abrió la puerta y pregunto.
—¿Serán los señores Evans?—preguntó Jobanka levantándose del sillón y asomándose para ver quién era.
Era Peter pero no venia solo, venia con la misma chica de la otra vez, así que le dijo José.
—Tengo que hacer algo vengo en un rato—José asintió, salió rápido de la sala.
—No te quiero interrumpir en tus asuntos, así que antes de que hagan cualquier cosa, dame tus llaves para lavar tu auto.
Peter soltó a Gina y bajó las escaleras hasta quedar enfrente de ella.
—No te preocupes, ya lo lavaré yo, lo pensé y tenias...tenias...—Se le dificulta articular la palabra
—¿Razón?—Preguntó ingenua
—Si, eso, ya me fui a disculparme personalmente—Jobanka lo mira con desconfianza—Si no me crees puedes llamarles—Y con eso se fue junto con Gina.
"¿Qué tenía su voz de diferente?"
"No lo sé pero se veía diferente ¿No?"
"Si, como si fuera otro"
"¿Qué?, Lessly no juegues, el es frio y enojón jamás sería otro" dejo sus pensamientos en paz y fue de nuevo a la sala.
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LA CUIDADORA
Teen FictionPuede ser, tal vez o no que ya hayas leído alguna historia que trata de que el chico es el niñero de la chica, pasan tiempo junto, se enamoran, bla, bla, bla, final feliz, juntos por siempre y muy bonito ¡Pero! ¿Qué pasaría si fuera al revés? O sea...