Capítulo 39

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La fecha fijada pasó enseguida, en el hotel Starry Sky a las afueras de la ciudad una importante reunión empieza, esa noche calurosa de verano.

Susan peina diligentemente el largo cabello de Adela, con una amplia sonrisa impregnada en sus labios le recuerda.

-Ya tiene seis meses ¿no es eso maravilloso?

Ignorando lo que acabe de mencionar, emite una orden:

-Pásame el chal blanco.

-¡Oh! Tomará aire libre en el jardín, es una buena idea.

-Pásame mi celular.

Susan corre de un lado a otro en la habitación tratando de complacer a Adela en todo lo posible.

-Aquí tiene ¿quiere algo más?

-Solo eso Susan.

Sonriendo las dos se toman de la mano bajando las escaleras que llevan al recibidor.

-Le asienta muy bien el rojo, señora Adela.

Limitándose a inclinar un poco la cabeza, Adela recibe el alago y siguen caminando hasta la puerta que conduce al jardín.

-Señoras ¿qué necesitan? -el guardaespaldas se apresura a ellas.

-No es nada, la señora Adela tomará un poco de aire fresco.

Asintiendo el guardaespaldas las sigue, viendo que no se les despega Adela se muerde el labio. Lo reconoció en seguida, es el mismo que la encontró en el hospital cuando acababa de despedirse de Derek.

-¿Pasa algo, querida?

-No, no pasa nada solo me he antojado de unas galletas de esas deliciosas que solo tú puedes hacer Susan.

Sonrojándose Susan, comienza a darle la razón.

-Déjeme con el guardaespaldas, me sentaré aquí en lo que usted prepara las galletas.

No muy convencida, Susan los deja. Adela mira la espalda de esa mujer hasta que desaparece entre la mansión.

Tarareando una canción, cierra los ojos.

-«Joven, ¿puede sujetarme las agujetas de los zapatos?».

Se toca el vientre abultado y abre los ojos para ver al hombre que sin mediar media palabra se agacha frente a ella.

El guardaespaldas frunce el ceño sintiendo el repentino dejavú, las zapatillas de Adela no tienen cordones, rápido sube la cabeza, pero algo metálico se posa en su frente.

-«Levántese despacio y sígame en silencio».

-Señora, baje esa arma... es peligrosa.

-Si haces algún movimiento estúpido, te dispararé ¿escuchaste?

Levantándose del suelo, camina despacio frente Adela sin dejar de sentir el objeto metálico presionado contra sus costillas.

-Hay muchos guardias ¿dónde piensa ir?

-Cierra la boca y sigue.

Cautelosa Adela le sigue haciéndolo detener en cada momento que otro guardia se acerca.

En uno de los autos disponibles hace montar al guardia, sin dejar de apuntarle nota a los demás guardias mirar hacia su dirección con cierta intriga.

-Pisa el acelerador, llévame al hotel Starry Sky.

***

Lleno de hombres con trajes y corbatas los pocos transeúntes se apresuran a marcharse cuanto antes de ese hotel a las afueras de la ciudad.

La ruta de escape, no funciona. +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora