Uno.
—¿De qué estás hablando? —agarrando a Candice por los hombros busca en su rostro algún signo que indique alguna broma de mal gusto.
—¿No lo sabías? Ayer tu hermana parecía agitada cuando llegó al bar que te enseñé la otra vez, parecía huir de algo, después cuando se fue con Evandro me di cuenta de que un conocido la estaba siguiendo.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
—¿Se fue mi hermana con Evandro?
—Si, ¿oye qué pasa me estás apretando? —se queja al ver la escalofriante expresión en el rostro de Wanda, mientras sigue apretando sus hombros.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Wanda no pudo mantener la calma, el rostro de su hermana, cuando pequeña corriendo detrás de ella para que la protegiera, viene a su mente como una ráfaga.
«¡Hermanita!» esa dulce voz de una Adela que no llegaba a los cinco años retumba en su cabeza.
—¡Quién!, ¿¡quién se atrevió hacerle eso a mi hermana!?
—Entiendo tu impotencia, solo que no te diré nada. Únicamente le diré su nombre a Adela, ella sabe quién es y conociéndote crearías problemas si tratas de buscarlo.
—¡Dime, Candice!
—No lo haré, es por tu propio bien.
Con el rostro contraído, Wanda apuntó de sacudirla por los hombros, una vez más, se detiene.
—¿Qué sucede aquí, Wanda?
Tan sumergida en la alarmante situación no se dio cuenta de que el hombre de quien se escondía se acercó notando su presencia.
—¿Axel?
A regañadientes suelta a Candice, ella notando la expresión de Wanda ante la llegada de su novio, les sonríe.
—Es bueno resolver los problemas hablando ¡Bien! Los dejaré, recuerda decirle a Adela que quiero hablar con ella hoy al atardecer en la cafetería frente a la universidad.
No espera que ninguno de los dos diga algo, antes ella se apresura a marcharse, en tanto Wanda ve lo que todavía lleva en sus manos, llama a Candice:
—¡Toma, se te quedó esto!
Candice voltea a verla, se queda tranquila por un momento, luego de verlos a ambos, sonríe.
—Te lo doy como regalo, de todos modos, es un termómetro digital.
Wanda permanece de pie viendo a Candice marcharse, asimila la situación de su hermana más la duda que tiene al comprar aquel aparato en la farmacia.
—¿Y bien? Ya te animaste hablar conmigo—Axel coloca su cabeza entre el cuello de Wanda haciéndola morderse el labio.
Tiene que encontrar a su hermana, cuanto antes mejor no sabe en dónde puede estar, eso no la deja tranquila. Es ahí que se da cuenta cómo Candice le afirmó haberla visto el día anterior.
Si quiere buscar información, el único lugar por donde se le ocurre indagar es a través de Evandro Barker, el único que puede saber su paradero.
•••
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La ruta de escape, no funciona. +21
Mistério / SuspenseEl frío metal de la pistola que se posa en la frente de Adela, le molesta cada vez más, el tiempo se acaba y no tiene muchas opciones. -¿Acaso me dispararás por una tontería como esa? -le susurra, tratando de ganar tiempo. Este sonríe de forma mali...