Capitulo 22

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[[Narra Nico]]

-Cuantas luces lleva? Son demasiadas.- Me dijo el vendedor.
-Son para una buena causa.- El me dio una sonrisa.
-Algo más?
-Si, me daría eso también?- Dije señalando las velas.- Y aquello también.- Señale lo que se encontraba en la repisa.

Pagué y me fui al bar.

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[[Narra Ori]]

Terminando de hacer la tarea y ordenar un poco mi habitación, se hicieron las cuatro y Nico tocó a mi puerta.

-Hola- Me dijo con un beso.
-Como estás?
-Bien, que hacias?
-Ordenaba un poco.
-Te ayudo?
-No, ya terminé.- Le di una sonrisa.- Sentate- Le dije señalando la cama. El se sentó y luego se tiró en la cama mientras revisaba el teléfono. Guardé un par de remeras y después saqué la ropa que iba a usar hoy en la noche.- Qué vas a usar?
-Esto- dijo señalándose lo que tenía puesto.
-Pensas que esto está bien?- Le mostré mi conjunto. Se sentó en la cama y miró bien el conjunto.
-A ver... Probalo.- Me lo puse. El giraba la cabeza a la izquierda y a la derecha. Se levanto y se dirigió a mi.- Mmm, me parece que en esta parte de la cintura...
-Que?- Dije mirándole. Hizo una breve pausa.
-Que en esta parte, es donde más te da cosquillas, no?
-Qué...- No me dejó terminar porque ya me encontraba en el piso de la risa por las cosquillas.- No! Jajaj Basta! Por favor!- Decía entre risas.- Hago lo que quieras!
-Lo que quiera?- Decía siguiendo.
-Si, si, si!- Me soltó y yo respiraba profundo porque había reído tanto.
-Entonces... Me lo voy a pensar.
-Retiro lo dicho.- Dije parándome.
-Segura?- Dijo poniendo sus manos en alto para decirme, ahí voy de nuevo por tu risa.
-No, no, no!- Se tiro de nuevo sobre mí y me hizo unos pocos segundos cosquillas. Estaba de nuevo en el piso.
-Amo cuando reís.- Dijo sonriéndome. Nico se encontraba sobre mi con las manos en mi cintura. Tomé su cara en mis manos y le di un beso.
-Anda, arriba, que me vas a arruinar la remera. No la voy a planchar de nuevo.- Dije sonriéndole. El se incorporó y me dio la mano para levantarme del piso.
Me saqué el conjunto y lo dejé sobre mi escritorio para no olvidarlo.
-Y si no vamos a la fiesta y nos escapamos a otro lugar?- Dijo rodeándome con sus brazos mi cintura por detrás.
-Ya quedamos en ir.
-Que pena que la princesa se pierda la sorpresa.- dijo besando mi cuello.
-Qué sorpresa?
-Ah no se.
-Entonces si no sabes...
-Se lo que es, pero ya que tenemos que ir...
-Entonces, podemos ir un rato y después me llevas por mi sorpresa. Te va?
-Me parece la mejor opción.

Se hicieron las 20:50 p.m y salimos para la fiesta. No tardamos mucho en llegar.

Saludamos a todos los conocidos y luego nos fuimos a la pista a bailar.

Estaba bailando al ritmo de "This is what you came for~ Calvin Harris ft. Rihanna.

Luego de un rato fuimos a la barra a tomar algo.

-No te me emborraches eh.
-Claro que no.
-Quiero que para la sorpresa no me estés balbuceando cualquier cosa.- Le planté un beso en sus labios.

Después de estar un rato más, salimos de la casa por la sorpresa.

-Pero en donde es?- Veía que me estaba llevando un poco más lejos de donde solemos ir.
-Acá.- Dijo señalando un bar.
-Que sorpresa me espera?
-Averígualo.- Me tapó los ojos. Sentía como subíamos unas cuantas escaleras y cuando por fin llegamos, el destapó mis ojos.- Abre.

Estaba... Era... Increíble.

-Mi tío trabaja en este lugar y quería sorprenderte, así que me dejó usarlo.

Era hermoso. Habían muchas luces colgando de distintas partes. Había bastantes flores cerca de la terraza, jazmines, rosas, margaritas y otras plantas. Mire un poco más y había un pequeño sillón, una hamaca paraguaya la cual no tarde en tirarme sobre ella. Vi la cena que había preparado.

Sonreí a todo el lugar.

-No tengo palabras. Es... Hermoso.
-Creo que la vista te va a gustar -Mire por fuera de la terraza. Estabamos muy alto y podía ver gran parte de la ciudad.
-A ver si encuentro mi casa.- Dije buscándola.
-Te gusta?
-Me encanta.
-Si alguna vez te sentís mal o queremos estar solos, tenemos un espacio.- Le sonreí y le di un beso.

Nos sentamos en la mesa para comer y luego nos tiramos en la hamaca paraguaya.

Miraba al cielo. Las estrellas estaban allí para acompañar a la luna y cubrir el cielo con un azul oscuro. Iluminados por las luces y las velas, ambos nos quedamos dormidos en la hamaca.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora