Capitulo 12

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Era sábado. Desayuné y me vestí. Luego hice un poco de tarea y estudio para no dejarlo a último momento.

Mientras estudiaba, una pequeña piedra hace sonar mi ventana. Creí que por el viento, alguna se movió y cayó desde el techo. Pero esta sonaba una y otra vez. Corrí hacia la ventana. Nadie. No era nadie. Me asusté por un momento, pero de seguro caían desde el techo y mirando hacia arriba, ya no caían ninguna más.

Me doy vuelta y en un par de segundos doy un grito que esta vez casi hizo vibrar a la ventana. Vi a Nicolás delante de la puerta cerrada.

-Cómo entraste?
-No preguntes cómo.
-Invadiste mi propiedad?
-Por qué tantas preguntas? Antes no hacías tantas.
-Por qué antes?
-Te lo dije
-Por qué?
-Porque antes si nos hablábamos, si nos reíamos-dijo sentándose en mi cama mientras yo lo observaba- y me sonreías mucho más que como lo haces ahora.
-Tengo la mente llena de pensamientos
-De pensamientos desde que te conté lo de... Paula.- tragué saliva.-¿Por qué estamos así?
-Y cómo quieres qué estemos? Te gusta mi mejor amiga y...
-Acaso yo te gusto?- dudé.
-No.
-Entonces?
-Se siente raro.
-Claro. ¿Y no se sentía raro cuando Máximo salía con tu mejor amiga Julia?
-No.
-Ambos eran tus mejor amigos y de hecho lo siguen siendo, ¿Por qué conmigo te molestas?-Dijo ahora parándose.
-No tengo porque decirte. - dije haciendo una pausa-Ya intente demostrártelo.
-No soy bueno descubriendo cosas
-Lo sé, me di cuenta hace un tiempo.
-Solo dime!-dijo acercándose
-¿Enserio te gusta Paula?
-Si- dijo dudoso.
-Tu tono dudoso, las veces que nunca hablaste con ella y la mirada de decepción que tenías cuando en lo dijiste, ¿Demuestra que estás enamorado de ella?
-Por qué tengo que demostrártelo?
-¿Sabes qué? Tienes razón. No tienes por qué hacerlo. Ve con ella y demuéstrale que si la queres. Te apuesto todo a que no puedes ir y decirle que la quieres o por lo menos hablar y mirarla a los ojos cuando lo hagas- dije mirándolo fijo a los ojos. El bajó la vista y la cabeza- eso creí. Ahora te invito a retirarte e irte a otro lugar donde demostrar tus sentimientos- dije abriéndole la puerta. El caminó hasta ella y antes de que la cerrará, se dio vuelta y me miró a los ojos fijamente.

-No quiero estar así.
-Pues tengo una razón que tú provocaste.
-Qué provoqué?
-Y yo soy la que hace tantas preguntas?
-¿Qué te hice para que estés así?
-Ya te dije que no te importaría saberlo.
-Si qué me importa!
-Y por qué?! Ah?
-Porque me importas! Me importas más que cualquier persona en el mundo.
-Solo porque soy tu amiga, ¿no?
-No, porque eres la persona que quiero que esté en mi vida.
-No era Paula?!
-No! A veces, los nervios te atacan y el miedo se apodera de todas tus palabras.
-Y por qué nunca me lo dijiste?!
-Por miedo! Miedo a perderte y que no entres más en mi vida! Porque eres la única persona que quiero y necesito en mi vida.
-A ver si ahora también me estás mintiendo.
-Te estoy diciendo que te amo y vos solo buscas más excusas para terminar con la última palabra.- no dije nada. Era verdad.
-Si me amas, ¿Por qué no me lo demuestras?- se acercó hacia mí y me tomó de las manos planteándome un hermoso y dulce beso

Un beso. Un hermoso beso. El que siempre estuve esperando. El que necesitaba. Y lo necesitaba. Más que a nadie. Un beso cálido para aflojar mi duro corazón. Uno que marcaría algo más.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora