Diario de una adolescente

Capitulo 27

-Oriana a dónde vamos?!
-Al hospital.
-A quien atropellaron?- Dijo en tono burlón.
-No es gracioso, porque es verdad.
-Encerio? A quien?!
-A Nicolás.- El se quedó callado. Dos minutos después, llegamos al hospital.

Me acerqué al mostrador.

-Necesito ver a Nicolás Hoperfield.- Ni hola, ni buen día, porque el mío no lo era. La chica tecleó en la computadora.
-Mmmm, si. Acá está. Está recibiendo operación. No se permite las visitas aún, pero está en el segundo piso habitación 103.
-Gracias!- Salí corriendo lo más rápido posible.

Llegamos a la habitación que estaba vacía. Sin dudas se lo había llevado hace rato a cirugía.

-Solo Dios sabe lo que le pasó- Dije cayendo rendida sobre una silla.

Agus me abrazo y me susurró en el oído que todo estaría bien. Eso me calmaba. Cada vez que él me decía que todo estaría bien hacía que se sintiera seguro.

Tuve que cancelar la fiesta y dejarla para otro día. Hoy no sería el día. Hoy no es mi día.

Eran las 20:00 p.m y seguía esperando.

En mi mente había tantas imágenes de lo que podría pasar.

Aún no entiendo porque Mateo me había llamado y no lo veía cerca de la habitación.

Se hicieron las 20:30 p.m, y pronto llegaron unos doctores con Nicolás en una camilla.

Ni siquiera lo pensé y me acerqué a esta para ver cómo estaba.

Mi corazón latía a mil por segundo. Él seguía dormido.

-Que le pasó?- Pregunté al doctor.
-Sufrió de un choque, se quebró un brazo. Pero tenemos que seguir con los estudios cuando se despierte. Debo decir, que fue un golpe muy fuerte el que recibió.
-Puedo quedarme?
-Claro.- Me dio una sonrisa y se fue.

Acaricie su cabello. Aunque era poco, podía sentir su colonia aún.

Espere un rato en una de las sillas que había en la habitación.

Lo miraba, todo el tiempo. Esperando que despertara. Miraba sus ojos cerrados, descansando en paz.

Aunque tardó una hora, despertó. Salí de la habitación para pedir un médico que lo revisara y así podríamos irnos.

-Amor- Dije acariciando su cara.
-Donde estamos?
-En el hospital, sufriste un accidente. Pero ya estás bien.- Le sonreí.
-Qué... Qué, no entiendo...
-No, descansa, te va a hacer bien, van a hacerte estudios y...
-No es eso, quiero saber ¿Por qué estas acá?
-Por qué me preocupo.
-No entiendo...
-Qué cosa?
-Si te preocupas por mí, entonces ¿Quién sos?

Mi cara de felicidad se transformó. No era lo que me esperaba.

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Oh dios! Que ha pasado? Qué pasará con Oriana y Nicolás?

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