Capitulo 36

12 3 0
                                    

Narra Jim.

El sábado desperté... Normal. Bajé a la cocina por el desayuno: panqueques con crema. Algo que no suele haber en casa muy seguido salvo que sea una ocasión muy especial.

-Mamá, ¿Por qué panqueques?
-Miles está aquí.- Y me giré para ver a un sonriente Miles sentado en la mesa de la cocina.
-Pudiste haberme avisado.- Le susurré a mi madre.
-El vino de sorpresa.- Estaba totalmente avergonzado. Con mi pijama azul con estrellitas que recibí en Navidad, mis pantuflas de perrito, mi cara de dormido y mi cabello revuelto no sabía qué hacer. No recibo visitas a las 10:00 a.m de un sábado, así que tengo todo el derecho de usar las estrellitas y mis pantuflas.
-Que lindo perrito.- Dijo y me sonrojé más de lo que ya estaba.
-Fue un regalo. A qué viniste?
-Bueno... Tengo dos entradas para el cine y quería preguntarte si querías venir.
-A las 10 a.m de un sábado?
-Creo que es algo inusual, pero nadie lo habrá hecho por vos.- Y me guiñó el ojo. Dios, me estaba enamorado más.
-Bueno, tengo la agenda libre, así que, ¿Por qué no?
-Genial. Nos vemos a las 18:00.

Se quedó un rato más para comer los panqueques y luego se fue.

Cuando terminé fui a mi habitación y llamé a Oriana. Recientemente la conozco y ya la estoy llamando para contarle que un chico me invitó a salir. Raro, pero bueno. Hace tiempo que no tenía a alguien para contarle este tipo de cosas.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora