El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)

Capítulo 26. Parte 1.

Anteriormente…

-Sí, se siente más que bien, _____ -suspiró a centímetros de mis labios, envolviéndome una vez más con su delicioso aliento –Pero…

-Liam, deja de hablar ¿quieres?

Rió levemente y sin más me volvió a besar…

No hablemos más, no nos cuestionemos más… tan solo, besémonos.

 

Nuestras frentes se encontraban una contra la otra. Cada mano de Liam descansaba en mi cintura, sosteniéndome delicadamente, mientras las mías yacían entrelazadas  alrededor de su cuello. A sólo unos segundos de haber separado nuestros labios.

Continuábamos en la misma posición, justo a mitad de mi habitación como si danzáramos en una lenta balada.

-Esto está mal… -murmuró respirando a milímetros de mis labios.

Solté una risita, éste chico me mareaba constantemente, entre besos, caricias y su –ahora- característico: “Esto está mal”.

-Lo sé lo sé –murmuré de manera divertida rozando lentamente nuestras narices.

-______, no… no hagas eso –murmuró casi jadeante.

-¿Hacer qué? –pregunté repitiendo mi acción anterior.

-Eso.

-¿Qué?... ¿Esto? –dije inocentemente mientras rozaba mi nariz con la suya. Enseguida se tensó -¿Te pongo nervioso? –sonreí traviesamente.

-_______-advirtió.

-Liam –lo imité.

-Me dan ganas de meterte ahora mismo a esa cama –comentó con la voz severamente ronca.

¿Qué dijo…?

Abrí los ojos de golpe, en reacción a semejante afirmación. Su expresión era seria y solo sentí el calor en mis mejillas, latente  y aumentando cada vez más.

De repente comenzó a reír.

-Jaja debiste ver tu cara –apuntó con una sonrisa enorme.

-Ja ja ja gracioso, al parecer sigues siendo igual de tonto, Payne.

-Jajaja y tú sigues siendo una niña.

-Una niña –asentí –Una niña que te encanta besar.

Liam guardó silencio y…

¿Quién es el tomate ahora?

-Jajaja creo que la palabra que estás buscando es: Touché.

Entrecerró los ojos y sonrió levemente.

-Como dije, una niña.

-Como dije, una niña que te gusta.

-Touché, Tomlinson.

Sonreí divertidamente, sin apartar la vista de aquel chico que sonreía de manera tímida sin desviar su vista de mí.

Mi celular comenzó a sonar y tuve que apartar la mirada del mejor amigo de mi hermano.

-Hola Ise, ¿qué tal las “asesorías” con Hazza? –pregunté con una sonrisa al recordar que ambos se habían quedado a estudiar el idioma que tanto se le complicaba a la sarcástica.

-Muy bien, ya logré comprender  le passé composé –contestó con total y natural acento francés.

-Jaja y ¿a qué debo su llamada, Mademoiselle?