Capítulo 34. Parte 4.

15.3K 515 8
                                    

Me despierto completamente sobresaltada gracias a los ladridos de mi querido Woody. ¿En qué momento me quedé dormida?

Miro la pantalla de mi celular: las ocho de la noche en punto y no hay señales de Lou y Liam. ¿Les habrá sucedido algo?

 No. Las estridentes risas masculinas hacen acto de presencia, en tanto escucho como se introducen un par de pisadas provenientes de la entrada principal.

Me tallo los ojos tratando de visualizar con mayor claridad las pantuflas que dejé en el piso al acomodarme en el mullido sillón en que me quedé dormida sin más; hasta que las calzo y me levanto de éste.

-¡Fue genial! ¿Viste su cara? ¡No pudo evitar el disgusto en su horrible rostro de pato! –grita Louis haciendo reír a Liam. Las carcajadas no cesan y logro visualizar como se achican los ojos de ambos castaños. La risa de Louis siempre me ha hecho reír; e incluso cuando no tengo idea de lo que están diciendo, me hace reír junto con ellos, claro, no tan escandalosamente. La risa de Liam es distinta, y en cierto modo melodiosa; es chocantemente hermosa.

-¡Hey hermanita! –grita Louis percatándose de mi presencia.

Liam deja de reír y dirige su vista hacia mí. Su mirada me cohíbe, siendo sumamente pentrante. ¿Qué tengo? Sí, mi cabello debe ser más que un desastre después de haber dormido toda la tarde en el sofá, ¿se nota mucho?

-¿Cómo te fue?... les fue –corrijo mirando de mi hermano a su mejor amigo.

-¡Mas que bien! ¡Fue genial, ¿verdad Liam?!

¿Ahora entienden por qué Lou me hace sonreír con su entusiasmo?

Sonrío automáticamente al oír al positivo oji-azul y miro a Liam esperando esa afirmación que ambos esperamos.

-De hecho, fue absolutamente genial éste primer día –asiente en mi dirección. Sus labios dejan entrever una pequeña sonrisa.

-¡Tenemos que contarte muchísimas cosas! –exclama Lou- Peero antes… ¡Tengo que ducharme! -¿QUÉ?

-¿Qué? ¿Cómo que… -Louis corre hacia mí besando rápida y efusivamente mi frente, interrumpiéndome, por supuesto.

-¡Tendrás que esperar, Mrs. Carrot-Curiosa! –segundos después Lou desaparece escaleras arriba.

¿Por qué tengo un hermano tan extraño?

Sobresaltada y atolondrada miro al castaño que se encuentra a escasos metros de mí.

-¿Tu también irás a ducharte? –enarco una ceja irónicamente, jugando un poco con la desaparición del día anterior.

-Tal vez deba hacerlo, éste día ha estado completamente ajetreado y bueno… -rasca nerviosamente su nuca.

-¿Desaparecerás otra vez? ¿Cómo ayer? –las palabras se escapan de mi boca con un tono tan ¿triste?, como si estuviese rogando que no hiciera otra desaparición triunfal. ¡GRACIAS SUBCONSCIENTE IDIOTA!

Los ojos de Liam abandonan el piso, y se centran en los míos, sus cejas se enarcan brevemente. Está sorprendido. ¿Por qué tuve que decir lo que dije? ¿Por qué no contesta? ¿Por qué se limita a mirarme de esa manera?

¿Mencioné lo nerviosa que me pone últimamente la mirada de Liam?

¿No?

Se nota, creo.

-Yo… no me sentía bien –explica casi inaudible.

-¿Qué te dolía? –cuestiono en tanto disminuyo la distancia entre ambos.

¿Qué te dolía? Ay ya, alguien máteme, por favor.

-No… ______, no importa –negó moviendo la cabeza de un lado a otro repetidamente.- Yo…-se interrumpió unos instantes, y caminó eliminando la distancia que aún prevalecía; extendió la mano para acariciarme la mejilla con las yemas de los dedos. Su expresión era inescrutable, en tanto sus ojos continuaban viajando por mi rostro.

En serio, no juego cuando hablo de sus ojos y la tenue luz que alumbraba justamente esos orbes achocolatados. No hacía más que jugar con mis hormonas.

-¿Tu…? –pregunté invitando a que continuara con su respuesta.

-Yo simplemente no me sentía cómodo –enarcó las comisuras de sus labios, demostrando una pequeña sonrisa, con la cabeza ladeada y sus ojos ligeramente entrecerrados.

Adiós sentido común.

¿No se sentía cómodo? Bien ______, analiza la situación, deja de mirar sus ojos y sus labios, concentrate en lo que se supone deberías pensar: ¿Por qué se sentía incómodo? Tan incómodo que decidió abandonar mi casa…

Mi mente está en blanco, creo, literalmente así está. La loción de Liam inunda mis fosas nasales, ¿cree que necesita una ducha? Huele asombrosamente delicioso, sumamente masculino. Dios, parezco comercial maculino, no… él parece sacado de un comercial para adolescentes, de esos en los que el chico atrae a todas las chicas de la ciudad con solo su olor, agregando el atractivo físico como un pequeño incentivo. “C’est un plus”,¡hey! Si pongo atención en mi clase de francés.

-Liam… -comienzo, y me veo interrumpida por el roce de sus labios, aclaro: el simple roce de su labio inferior en mi labio superior. Inhala brevemente y comienza a rozar su nariz con la mía. ¿Juega conmigo y mis hormonas?

Liam: 983433534.

Hormonas de _______: 0.

Exhala entrecortadamente y su aliento reemplaza el olor de su loción. La sensación de sentir aquel mentolado aliento encima de mis labios; su nariz suave rozando la mía y el calor que emana su cuerpo me hace disminuir un poco más la distancia entre nosotros. Elevo mi mirada directamente hacia esos ojos cubiertos por abundantes pestañas, encontrándome de nuevo con su vista fija en mí…

Siento como si la canción de Katy Perry sonara de fondo en este pequeño pasillo justo cuando ambos míramos directamente al otro,  y cuando pienso que estamos a punto de besarnos, Liam se separa un poco, mira mis labios breves instantes, regresa a mis ojos y sonríe de un modo que no comprendo, asemejándose a cierta pesadez, casi melancólico… se separa completamente pronunciando un:

-Buenas noches _______.

Se va…

…de nuevo.

El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora