Capítulo 31. Parte 2/2.

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Liam.

Una vez que llegamos a nuestras respectivas casas; Lou, Hazza, _____ y yo bajamos del auto de mi mejor –y distraído- amigo, despidiéndonos; puesto que la obscura y fría noche no había demorado en hacer acto de presencia.

Los hermanos Tomlinson lucían tristes… Una mejor amiga y la chica que robaba silenciosos suspiros al oji-azul acababa de abordar un vuelo que los alejaría por miles de kilómetros de distancia…

Lou decía todo al no decir nada.

Mientras ______ daba a entender el mismo mensaje suspirando y mirando perdidamente a través de la ventanilla trasera del amplio auto, perteneciente a mi mejor amigo.

Sí… Todo el trayecto a casa mantuve mi atención en la castaña de ojos color hazel levemente enrojecidos a causa de las lágrimas anteriormente derramadas…

Su rostro inexpresivo hacía que todo en mi interior se contrajera, formando y extendiendo un agujero en mi pecho; sabiendo que la única manera de acabar con ello y de poder volver a la normalidad sería el poder sostenerla tal cual había hecho ésta mañana, cuando llegó sumamente angustiada por saber acerca del bienestar de su hermano…

-¿Liam? –preguntó alzando lentamente su rosto, quedando a tan solo unos centímetros de distancia.

-Dime –susurré en tanto respiraba con dificultad, debido a la cercanía de cierta castaña.

-Tu corazón… tú… ¿estás nervioso, cierto? ¿Por Lou? Por… -balbuceó a través de un susurro.

¿Por Louis?

Si _____ tan solo supiera que mi corazón comenzó a bombardear de manera desenfrenada únicamente debido a su cercanía…

A sus grandes, expresivos y hermosos ojos que me miraban tan fijamente.

A su pequeña nariz que enrojece rápidamente a causa del clima o que se arrugaba cuando le disgustaba algo.

A sus pequeños y a la vez: gruesos, rosados y deliciosos labios que me hacían olvidar fácilmente cualquier cosa que tuviese importancia, quedando en segundo plano totalmente.

 A su blanca, tersa y traslucida piel que dejaba entrever unas hermosas mejillas rosadas después de haber reído, llorado… o en mi caso; después de compartir un beso… un perfecto y delicioso beso.

A su cabello castaño claro que lucía casi siempre sus típicas ondas totalmente desordenadas.

A su pequeño, delgado y hermoso cuerpo… a esas curvas que definían de manera casi artística su cintura; haciendo de ésta la perdición de cualquier adolescente.

Esa resultaba ser la única solución… el poder abrazarla de manera que su cuerpo encaje junto con el mío, tranquilizándola, haciéndole saber que no tiene por qué sentirse mal… ella no estaba sola, no estaba dispuesto a dejar que se sumiera en esos pensamientos… En tanto me llenara nuevamente dejando de lado el enorme agujero que se formaba al verla abatida.

_______ comenzaba a ser esa pequeña droga, sin la cual, no puedes comenzar un nuevo día… esa pequeña salida cuando sientes que todo abruma tu vida… ______ ya era una droga; y yo comenzaba a ser ése dependiente, que aún sabiendo el daño que puede provocar a mi organismo, más debía aferrarme a ella.

Eso es lo más preocupante, ¿en serio necesito esto? ¿En serio necesito caer en la tentación de acercarme más a la pequeña Tomlinson?

No. Sí.

El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora