Capítulo 36.

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El mar de gente que se encontraba a mí alrededor continuaba riendo; algunos gritaban, otros cantaban y otros se limitaban a avanzar con pasos apresurados a la salida, mientras yo permanecía parada en el mismo sitio, sin comprender qué era lo que acababa de suceder, hasta que una mano hizo presión en mi hombro, obligándome a voltear.

-¿Nos vamos? -preguntó el oji-verde con cierta precaución al elegir el par de palabras con el que me sobresaltaría, aydandome a salir del trance en el que me encontraba.

Asentí tontamente; mi mente se limitaba a recrear la imagen de Zayn dirigiéndome la mirada más condescendiente que jamás pude esperar… al menos no viniendo de él.

¿O es que acaso mi mente me está jugando una mala pasada?

¡Claro que no! ¡No estoy loca, ni ciega, ni sordomuda!

Estoy completamente consciente de cómo se comportó, de cómo evitó cualquier contacto conmigo… del modo en que logró evadirme.

Zayn está enojado, de eso no hay duda… de lo que si, es que no tengo la menor idea del por qué.

Bien.

¡Sólo eso me faltaba!

Al llegar a casa, aviento mi mochila sin importar el lugar dónde pudo haber aterrizado, en serio… no me interesa absolutamente nada más que acostarme en el mullido sofá de la sala de estar.

Estoy tensa, desesperada, y sinceramente me encuentro cada vez más desgastada en cuanto a la situación de relacionarme con dos muchachos sumamente bipolares.

El chico de rulos rebeldes y ojos verdes me observa divertidamente desde una distancia prudente, parado con los brazos cruzados consigue sacarme de quicio.

-¿Qué? ¿Vas quedarte parado ahí, observándome toda la tarde? –Cuestiono harta del silencio que nos envuelve, junto con esa molesta y penetrante mirada-.

-Mis disculpas ______... ¡Oh, espera! ¿No hiciste lo mismo que yo en la clase de Filosofía?

-No es lo mismo –murmuro recordando el episodio de hace unas horas.

-Jajaja, claro –asiente “dándome la razón”. De nuevo su mirada refleja un tono sarcástico y risueño-. ¿Me permites sentarme contigo?

-No, hay otros dos sofás –espeto cruzándome de brazos.

-Pero yo quiero sentarme… a-quí –levanta mis piernas en tanto finaliza su oración-, ¡listo! –exclama sentándose a mi lado, posicionando mis dos piernas encima de las suyas.

Mi mirada aniquila al molesto de Harry Styles; quién lo único que hace es devolverme una linda y deslumbrante sonrisa. Bufo.

-¿Qué quieres, Edward?

-Me gustaría saber qué sucede. ¿Eh? –Pregunta acariciando de arriba abajo el dorso de mi mano-. En el colegio estabas un poco extraña, sin contar la cara de desequilibrada que tenías cuando te dije que nos fuéramos y, ¿Qué demonios le sucede a Zayn?

-¿Tú también te diste cuenta? –pregunto esperanzada de saber de una vez el por qué del comportamiento de Zay.

-¡PFT! ¿Qué si me di cuenta? No es por nada ______, pero tu “mejor amigo” no me dirigió una mirada muy amable en nuestra última clase. No sé qué le habrá sucedido, pero estaba así desde el incidente en Filosofía.

Bien…al fin puedo corroborar que no estoy loca. Sólo necesito saber el por qué de su hostilidad…

-Hablando de eso –continuó – Puedo darle las gracias a la rubia de Perrie.

El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora