Capítulo 35. Parte 2/?

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Hay tres cosasde las que estoy completamente segura.

Primera, Edward es un vampiro.

Segunda, una parte de él se muere por beber mi sangre.

Y tercera…

Debo de dejar mi lado ‘twilighter’ alejado de mis confusos, difusos y contradictorios pensamientos; al menos si eso es lo que me he propuesto desde el momento en que decidí salir de casa con la única finalidad de evitar el inminente encuentro con Liam Payne.

Sí, es precisamente una de las soluciones que he encontrado, o  al menos una que se puede considerar “viable” para el estado de shock en el que aún se encuentra mi organismo, mi mente… mis labios y mi sentido común.

Tal vez mi mente no se encuentra en un buen estado desde la repentina huída del castaño, que lo único que hizo fue tentarme a mí, a mí subconsciente y a mis hormonas; para después marcharse con una despedida común y corriente… otros la podrían catalogar como: normal, prudente y educada.

OTROS.

No yo… No la chica a la cual, ha besado, ha acariciado, ha abrazado y… ¡YO! ¿Entienden mi frustración?

Realmente no estoy de humor como para tener que presenciar la misma escena ésta tarde… al menos no hoy.

Las calles de Londres son el escenario perfecto, en el que puedo reprimir la ira y la decepción de saber que esto-como sea que se llame-, sea sólo la distracción del mejor amigo de mi hermano, sea mi distracción…

No estoy molesta, es sólo que la confusión que me causa esta situación abruma solo un poco mi cerebro. No suelo ser ese tipo de personas que no tienen control de su propia vida, de las decisiones que se deben tomar. Usualmente, soy lo contrario. Yo decido qué hacer, cuándo, cómo y con quién.

Dilemas vengan a mí.

¿Qué somos?, somos algo así como “amigos con derecho”, ¡Oh por Dios! ¿”Amigos con derecho… a roce”?

¿Yo? ¿ ______ Tomlinson, tengo derecho de “rozar” a Liam Payne?

Mis ojos se abren abruptamente, ¿yo? ¿Ser ese tipo de chica?

Sí, esa es la simple y pequeña señal que necesitaba para regresar a casa; el clima de Londres no ayuda ni un poco mi situación.

¡Gracias Londres, por nada!

Al llegar a casa, entro como días antes lo hice; lentamente y con toda la precaución, digna de uno de mis programas favoritos: “CSI: Miami”.

<<Oh Horatio Caine, estarías orgulloso de mí>>

Justo cuando logro “inspeccionar” el área; las pisadas y ladridos de Woody echan a perder el trabajo que tanto me ha costado. Brincando, ladrando y haciendo toda clase de piruetas, es la manera en que mi pequeño labrador me recibe, en tanto su cola se mueve de un lado a otro, ocasionando que luzca como un gran abanico de cabellos acaramelados.

-Woody! –exclamo brindando pequeñas y pausadas caricias a la cabeza de mi mascota.

Inspecciono nuevamente la blanca y espaciosa casa, sintiendo un vacío increíble. ¡Genial! Mi huída no sirvió de nada, es posible que Lou y Liam lleguen en cualquier momento, es posible que Liam me mire del modo en que lo hizo la noche anterior… alejándose o ¿acercandose? A mí… No sé, creo que no soy nadie para suponer la actitud de ese castaño y bipolar chico.

El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora