Anteriormente...
Siento como si la canción de Katy Perry sonara de fondo en este pequeño pasillo justo cuando ambos míramos directamente al otro, y cuando pienso que estamos a punto de besarnos, Liam se separa un poco, mira mis labios breves instantes, regresa a mis ojos y sonríe de un modo que no comprendo, asemejándose a cierta pesadez, casi melancólico… se separa completamente pronunciando un:
-Buenas noches _______.
Se va…
…de nuevo.
♥~
-Oh ______, eres una tonta, completamente… tonta –murmuré liberando el pequeño suspiro que logré contener durante mi clase de estadística; cincuenta minutos de contención.
Nuevo récord… creo.
Quiero decir, ¿qué tan bien se vería que suspirara a mitad de los estudios acerca de la pequeña población de alumnos que completan el instituto del que también formo parte; solamente porque cierto muchacho –cuyo nombre evitaré mencionar, debido a que aún me encuentro en un ligero estado de shock; combinado con un poco de furia, enojo, decepción y enojo -¡Exacto! No me interesa saber si expresé mi enojo, dos veces…
Enojo. Bien, ¡tres veces!-…
Oh si… solamente porque cierto muchacho ha decidido ¿jugar conmigo?
¿Qué más podría ser?, sino un juego en que consigue atraer mi atención, para después…
Esperen.
¿Será eso? ¿Soy la distracción de Liam?
-Eres una tonta _____, eso eres –repetí, en tanto recargaba mi frente en la fría y metálica puerta de mi casillero, considerando esa posibilidad.
¿Está jugando conmigo?
¿Soy la distracción que buscaba mientras entraba a la Universidad?
Mientras… conseguía a alguien más, alguien de su edad… alguien a quién no ha odiado.
¿Soy su bufón?
¿En eso me he convertido?
¿Es su nueva manera de burlarse de mí?
-Tonta Tomlinson –murmuré una vez más con el rencor marcado en aquellas palabras. Rencor…
…hacia mí.
Hacia mí actitud impulsiva e inmadura. Hacia la ______ que solo ha sido así a partir del primer roce de labios; de la primera caricia… de la primera sonrisa, desde el momento en que ambos castaños regresaron.
¡AGH!
¿Por qué debo tomarle tanta importancia? Si, ha sido un juego desde el principio, ambos sabemos que lo único que nos ha motivado para hacer lo que hemos hecho; ha sido la atracción. Simple y sencillamente, atracción.
Atraídos por el deseo mismo que se apoderó de nosotros. Del deseo que hasta el momento no he podido contener.
¿De verdad llegué a pensar que pasaría de esa línea?
¿Qué esperaba?
Que Liam llegara diciéndome lo mucho que le gusto, queriendo gritar a los cuatro vientos todo lo que hemos hecho, que me propusiera algo…
Algo que sé… tal vez quise, o peor aún ¿algo que quiero?
¡¿QUÉ?!
-¡AGH! –gruñí estrellando mi puño en contra de la misma barrera de metal que ha sido testigo de mis cambios de humor en éste breve lapso de tiempo. ¿Qué? Nadie puede oírme, la mayoría de los estudiantes siguen en sus clases, o bueno, eso me gusta pensar.
-¡Buen golpe, _____! ¿Has pensado en meterte al equipo de lucha del colegio? –aplaudió cierta muchacha de cabello negro y de piel hermosamente morena.
-Tal vez ahora lo esté considerando –murmuré avergonzada, planteándome cuál sería mi primer víctima.
-¡Me alegra! Serías el orgullo de toda la comunidad estudiantil –continuó sin borrar aquella sonrisa con la que me sorprendió.
-Hola Maph –saludé sonriendo.
-Hola ______ ¿Buenos, no tan buenos días?
-No, no muy buenos –contesté con toda la sinceridad que mi temperamento puede reflejar.
-Mmm –murmuró en tanto su mirada detallaba el suelo -me… enteré de lo de tu amiga. La chica de cabello castaño, casi negro –hizo una breve pausa -¡Ian! –exclamó recordando el nombre de mi amiga; mi ausente y audaz amiga.
Miré a Maph unos cuantos segundos, antes de exhalar ruidosamente. Lamento tanto que Ian no esté aquí, más ahora con todo el asunto de Liam.
-Lo siento, no nos conocemos mucho, y no la conocí mucho, pero se me hizo una chica completamente linda –habló luciendo algo apenada. ¿Maph siendo seria? ¿Yo siendo seria?
¡Eso apesta!
-Lo es –asentí. –Tú también le caíste muy bien, eres de nuestras personas favoritas, Maph.
-¿YO? –gritó graciosamente.
Bien, me gusta éste cambio.
-Oh si –asentí riendo al ver la increíble mueca que se hubo formado en aquel rostro de corazón que poseía la pequeña morena. –Desde el momento en que rechazaste a Zayn de aquel modo, ya sabes, golpeándolo y poniéndolo en su lugar.
-¿Disculpa? –cuestionó entre risas. –Se supone que es tu mejor amigo… casi amante.
-Jajaja uff, ¿alguien ha estado creyendo en los chismes que corren por todo el colegio? –enarqué una ceja de forma divertida.
-Se dicen muchas cosas, _______. Ya sabes, jamás falta el conocido “Zayn y _______” acompañado del “¿Has visto la manera en que niegan lo evidente?, esos dos se encantan”
-Lo sé –asentí estando consciente de todas esas habladurías. Los chismes acerca de mí, de Zayn… de ambos. Desde siempre ha habido esa cadena que me ha vinculado con Zayn. Esa misma que se dividía para dar paso al mismo Evan y a Perrie.
-Oye, ¿puedo preguntar por qué de tu furia en contra del pobre y triste casillero? –cuestionó acariciando la superficie del “triste casillero” como si fuese un pequeño e indefenso perro.
-Cosas… Maph, yo… -Yo estoy en un dilema respecto a cierto chico…
-Está bien –sonrió comprensiva, interrumpiendo mi tartamudeo incómodo y prolongado.- Si no quieres hablar de ello, estás en tu derecho. Sólo recuerda que no hay mal que por bien no venga –sentenció guiñándome de manera divertida.
-Jaja eso espero, de verdad… en verdad lo espero, Maph.
-¡Ya verás que así será! ¡Es más!, mejor dime porque soy tan adorada y amada, ¿sale? –preguntó risueñamente, invitándome a tomar su pequeña mano. Si, yo a su lado me sentía gigantemente enorme; empero, en estos momentos, lo último que me importaba era aquello… tenía el cerebro completamente saturado de confusión, decepción y… Liam.
Sí, terminé mencionándolo, ¿o pensándolo?
Da igual, ______.
Hay que aceptar lo evidente.
…
ESTÁS LEYENDO
El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)
FanfictionEsta novela NO es mía, simplemente me encantó y decidi compartirla con ustedes. Doy los créditos al final de la novela. ♥