Anteriormente…
Mis hombros y espalda se ven envueltos por una de las blanquecinas toallas, dirigidas por dos grandes manos pertenecientes a cierto muchacho de numerosos lunares. Ninguno de los dos ha dirigido la palabra al otro, como si estuviésemos mudos, o hablásemos idiomas distintos.
-Necesitas quitarte la ropa- murmura apartando la –ahora- húmeda toalla.
Su voz continúa siendo tan suave, y por un instante eso es precisamente lo que hace dudar a mi subconsciente...
¿Liam dijo… lo que creo haber escuchado?
La fricción que provocaron sus manos al subir y bajar por mi espalda tan lentamente, apenas había comenzado a relajar mi cuerpo y mente. Es como si aquel murmullo hubiese derribado la tranquilidad que él mismo hubo construido con la delicadeza de sus movimientos, a pesar de ser el enorme y fuerte chico que me tomó en brazos minutos atrás sin gran esfuerzo, aparentemente.
Miré su rostro unos cuantos segundos antes de que aquellos hermosos y embelesados ojos sostuvieran mi mirada. De pronto, su rostro se mostraba aturdido, como si hubiese encontrado un ápice de molestia o confusión en mi –avergonzada- expresión. Tal vez horror, quién sabe.
-Yo… ______, me refiero a… que tu ropa está mojada y… -de inmediato comienza a buscar las palabras que justifiquen las anteriormente pronunciadas. Un leve tono rosáceo ilumina sus masculinos pómulos, en tanto sus manos se mueven nerviosamente tratando de explicar lo que sus palabras se abstienen de exponer.
El gracioso balbuceo de Liam me hace reaccionar; un latente e inesperado calor se agolpa en mis mejillas; estoy sintiendo cómo comienzo a sonrojarme… y lo más vergonzoso es saber que mi reacción se debe a la dirección que tomaron mis sucios pensamientos.
Oh, claro.
Estás mojada, ¿cómo se te pudo olvidar ese pequeño detalle, eh ______?
No es como que Liam quisiese que me quitara la ropa, nada más porque sí…
¿Verdad?
Me reprendo a mí misma. Éste es el momento menos indicado para hacer caso a las carnales insinuaciones de mi obstinado subconsciente.
Una de mis manos detiene los nerviosos movimientos del oji-miel, agradeciendo en ese mismo instante el contacto con su cálida piel. Sus ojos se concentran enseguida en la unión de nuestras manos, resaltando el contraste de temperaturas… Mostrándonos lo distintos, y a la vez, lo concordantes que solemos ser. Se siente como si mi mano hubiese comenzado a quemarse.
-Lo siento –farfullo acariciando con mi dedo índice la rosada piel de sus palmas. Mi mirada reincide en éstas, recorriendo las verdosas y apenas visibles líneas de sus venas.
-¿Por qué? –musita aprisionando los movimientos de mis danzantes dedos. Su mano izquierda asciende directamente a mi mentón, y dibujando una dulce caricia en mi piel levanta mi rostro con suavidad, permitiendo así; el encuentro de nuestras miradas.
Dos orbes obscurecidos analizan cada centímetro, cada poro de mi ensombrecido rostro. Ésta soy yo, siendo consciente del deprimido y terrible semblante que Liam puede apreciar de mí… y simplemente no me agrada la idea. En lo absoluto.
Algo en mi interior me dice lo que debería hacer en estos momentos; la idea de huir de su imperturbable mirada me parece más sensata de lo que jamás hubiese imaginado. En verdad necesito salir de aquí, antes de demostrarle qué tan patética puedo llegar a ser; en caso de que no lo haya notado lágrimas atrás.
-Liam… -exhalo su nombre intentando deshacer la unión de nuestras manos; su agarre logra intensificarse, tal cual hizo con anterioridad. Su mirada me mantiene presa, su cuerpo entero está alerta.
-_______, dime qué fue lo que sucedió, por favor –su voz resulta ser dulce y autoritaria. Me siento cohibida, y en cierto modo, sobreexpuesta… Es como si pudiese ver a través de mí a mi herido subconsciente.
-No tienes que hacer esto –respondo sin apartar mi mirada de la suya–En serio… el hecho de ser la hermana de Louis no significa que tú…
-¿Te estás escuchando? –interrumpe bruscamente. Observo en éste preciso instante la desagradable mueca en la que se ha convertido su rostro. -¿Crees que hago esto por Louis, _______? ¿Crees que estoy preocupado hasta la mierda sólo porque eres la hermana de mi amigo? –cuestiona como si hubiese dicho algo terrible. -¿Aún no lo entiendes, verdad? –continúa, sus dedos trazan un camino hacia mi mejilla… Mi piel se estremece debido a su toque y la temperatura que consigue transmitir. Mis ojos se cierran en ese instante apreciando su calidez y la delicadeza de sus largos dedos; es cuando percibo su agitada respiración y el mentolado aliento que exhalan un par de apetecibles labios... Abro mis ojos, y todo lo que puedo apreciar es la cercanía de ambos. Sus castaños orbes permanecen obscuros; avivados en consecuencia del brillo producido por el contraste de las tenues luces… Sus ojos son todo en lo que puedo pensar, ni siquiera soy capaz de recordar qué fue lo que nos llevó a esto.
En definitiva debo salir de aquí.
-Liam…-comienzo sin poder continuar.
- No se trata de Lou… _________, desde hace mucho dejó de tratarse de él –murmura esto último a milímetros de mis labios. Su cercanía impide que mi mente logre procesar esa pequeña y sustanciosa información.
Es cuando menos se me permite pensar, ya que sus labios han reclamado y se han apoderado completamente de los míos…
ESTÁS LEYENDO
El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)
FanficEsta novela NO es mía, simplemente me encantó y decidi compartirla con ustedes. Doy los créditos al final de la novela. ♥