El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)

Capítulo 32. ¡Parte 4/4!

Ambos castaños abandonaron la cocina; Louis fue directamente hacia su habitación, en tanto Hazza regresaba a la propiedad de los Payne, tal y cómo acordamos que sería: retirarse con el fin de darse una buena ducha.

Bufé interior y exteriormente, siempre he odiado perder… Louis siempre ha dicho que soy de esas personas sumamente competitivas, pero lo único que yo pienso respecto a ello es… ¿a quién demonios no le gusta ganar? Está en nuestra naturaleza, o como mamá suele decir: Está en los genes, y los genes, no mienten.

Visualicé el trapeador a unos escasos metros lejos de mí, y me dispuse a terminar con toda la tortura de tener que limpiar oliendo a harina para Hot-Cakes, combinada con agua que escurría desde lo alto de mi cabeza.

¡PUMMM!...

 

Seguramente debí haber pensado que era una mala idea pasar rápidamente por dónde el jabón había escurrido…¿cierto? Mi trasero, mi espalda y mi cabeza me reclamaban fuertemente la pequeña y estúpida imprudencia.

-Auch –siseé adolorida tratando de levantarme de aquel charco burbujeante.

- ¡_____! –gritó Liam entrando nuevamente a la cocina soltando bruscamente la cubeta que sujetaba segundos atrás.

¡PUMMM!...

 

¡Tenemos otro caído!

¿Se supone que hoy debemos caer encima del otro?

Claro, no cayó completamente encima de mí, pero si una porción considerable de Liam Payne yacía sobre mi cuerpo.

-¿Estás bien? –dijimos al unísono, riendo a causa de la concordancia de palabras.

-Bien, ambos preguntamos algo sumamente tonto, ¿no crees? –comenté mirando al chico de cabello castaño, el cual mantenía su rostro a escasos centímetros del mío.

-Jaja eso creo. También pienso que estamos a mano, finalmente.

-Claro, yo caigo, tú caes - reímos divertidos.

En el momento en que las risas cesaron, ambos sostuvimos la mirada del otro. Mi subconsciente rogando nuevamente la unión de mis labios con los suyos.

-No debería –susurró tan débilmente, haciéndome pensar que lo decía más para sí mismo que para mí… ¿acaso lee mis pensamientos? ¿Soy tan transparente? –No deberíamos –susurró un nivel más arriba del tono que hubo empleado, acariciando mi mejilla tan delicadamente, haciendo de ello una costumbre que hacía estragos a todos mis sentidos.

Sí… no deberíamos… pero creo que esa fase es siempre nuestra fase de inicio. No deberíamos, pero ¡DIOS! Cómo deseo hacerlo.

Además la posición no ayudaba demasiado a que mi mente pudiese pensar en otra cosa que no sea besar al chico que se encuentra encima de mí.

Mordí nerviosamente mi labio captando con ésta pequeña acción los ojos de Liam.

-¡Oh _____! –gimió apoderándose por completo de mis labios en un beso totalmente desesperado, necesitado,apasionado… que no demoré en responder.

Mis manos ascendieron inmediatamente hacia su cabeza, descendiendo por la nuca, afianzándose alrededor de su cuello acercándolo un poco más, profundizando la esplendida unión de nuestros labios. Su lengua rozó lentamente la mi labio inferior, pidiendo permiso para entrar, estableciendo una guerra de éstas en ambas cavidades bucales.