El ¿odioso?... amigo de mi hermano (Liam Payne & Tú)

continuación

No sé si deba pensar en alguien más justo cuando Liam permanece besando la sensible piel de mi clavícula, esto no se siente correcto, tal vez… porque no lo es.

Mis manos capturan su rostro, percibiendo la incipiente y poco común barba que engrandece sus facciones, la misma que me  recuerda cómo ha transcurrido el tiempo; el modo en que hemos cambiado… Él ha cambiado.Liam con barba es algo que jamás me hubiera imaginado al tener siete u ocho años, y mucho menos me hubiese puesto a considerar en  lo varonil y apuesto que luciría… Que luce.

-Perdona, yo no… sólo, no ahora –murmuro tratando de mantener mis emociones bajo control. El brillo de sus ojos prevalece, sin embargo, un destello de comprensión lo transporta a la realidad dejando de lado nuestro acalorado episodio.

-Lo siento, nena… Ven aquí –Y sin más, tira de mí posicionándome sobre su regazo. Dos descubiertos brazos se amoldan a mí alrededor, presionándome fuertemente contra su pecho. Sé que debería forcejear, hacer algo con tal de preservar un poco de mi pisoteada dignidad, pero simplemente no puedo… Se siente tan familiar, tan cálido, tan acogedor… Tan él, que resulta imposible apartarme. Soy esa chica que desea tener al chico de cabellos castaños para sí misma, para tener su calor, su empatía y sus besos.

Apoyo mi rostro en su pecho, disfrutando infinitamente la ausencia de la distancia. Su abrazo se siente mucho más personal ahora que ha eliminado la barrera del grisáceo sweater; la delgada tela de su camisa me permite mayor contacto con la caliente piel de su pecho y la acompasada melodía de sus latidos es la que consigue adormecer mis sentidos, desvaneciendo todo a nuestro alrededor.

…

Liam.

Mi camisa se adhiere a mi piel, completamente humedecida minutos después de permanecer con _______ sentada sobre mis piernas. Su rostro se encuentra hundido en mi pecho, permitiéndome vislumbrar únicamente el –ahora obscuro- cabello castaño causante del estado de mi camisa. Su respiración se ha tornado pausada, y su aliento es cálido en el momento que la siento exhalar sobre mi pecho.

________ se ha quedado dormida en mis brazos.

La imagen de ella envolviendo su cuerpo con sus dos delgados brazos sentada en el duro y frío pórtico de su mismo hogar, hace que mis entrañas se retuerzan de dolor, de impotencia al no saber qué fue lo que le sucedió, lo que causó que aquellos gigantescos ojos lucieran opacos, privados del común brillo al que me tiene acostumbrado desde que tengo uso de razón.

Su ropa luce empapada; los jeans azul cielo se han obscurecido, así como la delgada chaqueta que cubre su espalda se adhiere con fervor, enfriando su piel. Bajé de mi habitación unos pants con la intención de que ella pudiese cambiarse, pudiese entrar en calor sin contraer alguna enfermedad respiratoria que la tuviera por días en cama… Podría despertarla, y así obligarla a cambiar su ropa, pero una parte de mi no está de acuerdo con dejarla ir, no ahora que ha encontrado en mis brazos la estabilidad que necesita. Comienzo a mover mis manos de arriba abajo, tratando de infundir un poco de calor a su congelado organismo. Procuro ser lo más cauteloso que me es posible, evitando interrumpir el profundo sueño en que está sumida.

Mi mirada desciende y en lugar de observar un sinfín de cabellos castaños húmedos, me encuentro con un pálido rostro…Un pálido y delicado rostro.

 ________ es preciosa, incluso cuando esos indefinidamente coloridos ojos se encuentran cerrados. Su belleza es más que perceptible para cualquier persona que posea el sentido de la vista. Sus facciones son tan delicadas como el rosáceo tono que colorea dos perfectos y deliciosos labios, de los cuales; he tenido el placer de saborear minutos atrás, consciente de cómo he perdido el control con tan sólo tenerla frente a mí. Al mirarla no concibo otro pensamiento que el desmesurado deseo por tenerla conmigo, en mis brazos… Soy idiotamente dependiente de ______ Tomlinson y ya no puedo ocultarlo.

 Al menos no a ella.