278. Val

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Nombre: Val
Edad: 13

Hola, me alegro de estar aquí. Al principio no estaba muy segura de enviar mi historia, pero al leer las demás he juntado el valor suficiente para comentarla.

Mi vida, desde el comienzo ha sido un remolino de sensaciones. Se puede decir que esta historia empieza en Preescolar, cuando me separaron de mi mejor amiga, Jimena, y, de hecho, la única amiga que tenía. Aunque vivíamos en la misma calle, ella estaba en un colegio y yo en otro, lo que nos alejó más de lo que me gustaría admitir.

Las niñas en primer grado no eran tan inocentes como todos creían, o al menos no las niñas con las que yo convivía. Desde días en que me jalaban de mis pequeñas dos colitas de caballo en la cabeza, hasta inculparme llevándome así a la directora. No fui muy feliz hasta que unas niñas, las dos se llamaban Manuela, me sacaron de todo eso, ellas eran algo así como mis mejores amigas en el colegio, todo lo hacíamos juntas. Ellas fueron mi salvación.

Pero eso tampoco duró mucho tiempo. Con el divorcio de mis padres las cosas iban de mal en peor. Me mudé con mi madre y mi hermano a la casa de mi abuela. Un nuevo comienzo. Nuevos amigos. Nuevo colegio. Nueva vida.

Entré al nuevo colegio en tercer grado, me hacían bullyng pero en mi otro colegio había aprendido a soportarlo, las acciones que tomé en ese tiempo fueron encerrarme en mí misma. Hasta que ya no aguanté más. Me empecé a juntar con las "populares", y dejé de recibir malos comentarios cuando yo empecé a hacerlos. Me sentía mucho mejor, era mucho mejor desahogarme con los demás que seguir guardándome todo, pero no me desahogaba de forma bonita, no, yo lo hacía con palabras que me decían a mí para herirme.

Encontré una víctima, se llamaba Jordan. Él era muy reservado y tenía una anomalía en sus manos que no mencionaré por respeto a él. Él y su mejor amiga, Geraldine, se convirtieron en mis víctimas, ambos eran un blanco fácil. Recuerdo que aproximadamente en abril de ese año, Geraldine tuvo una fuerte cirugía que la dejó en su casa durante el resto del año, lo que significaba: Jordan, solo, sin nadie que lo defendiera. Eso era como música para mis oídos. Seguí todo el año recibiendo malos comentarios, y emitiendo peores.

Para el cuarto grado, Jordan ya no estaba en el colegio. Pero eso no era lo que me preocupaba; Maria Fernanda, una de mis mejores amigas en ese entonces, reprobó el año, quedándose así en tercero de primaria. Cuando recibí la noticia tenía unas ganas inmensas de golpear a alguien, ¿y quién mejor que Geraldine? Pero no la golpeé, solo seguí con mis habituales insultos hacia el mundo. Pero mi "diversión" terminó cuando me pasaron de salón. Creo que ahí me di cuenta de mis errores. Me alejé completamente de las "populares" y me hice varias amigas (entre ellas Geraldine, quien me perdonó), ellas me salvaron del monstruo en el que me estaba convirtiendo, al igual que hicieron Las Manuelas en primer grado.

En este momento sufro de depresión por problemas familiares, pero de esta no creo que me salven. Los libros me han mantenido aquí, al igual que mis amigas.

Mi día a día ahora me la paso entre cortes, lágrimas y ese nudo en la garganta que no me abandona. Pero no he perdido la esperanza, aún creo que puedo tener mi final feliz.

Solo quiero decirles algo; No se rindan, después de todo la esperanza es lo último que se pierde ¿No?

Pero pase lo que pase, piensen lo que piensen, digan lo que digan; No están solas.

Bueno, creo que esta es la despedida. Me alegra haber escrito esto, me siento un poco mejor.  

BULLYING STOPS HERE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora