315. Anónimo

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18 años.

Cuando empecé sexto de primaria (11 años, creo) repitió curso una chica (vamos a llamarla Carla), la cual fue a parar a mi clase y ahí es cuando empezó todo.

Yo soy una chica tímida, no suelo hablar mucho y menos con gente a la que acabo de conocer.

Iba a clase con miedo, sin ganas. Carla se propuso hacerme los días imposibles. Si no se metía con mi pelo (lo tengo rizado), se metía con mi peso. Cuando me insultaba, yo hacía como si no la escuchaba, quería que creyese que lo que me estaba diciendo no me estaba afectando, pero me dolía y mucho.

Las que por entonces se suponía que eran mis amigas, se reían y aplaudían los insultos que Carla me 'dedicaba'.

Solo una de ellas (vamos a llamarla Diana) me defendía y estaba en contra de lo que esta chica me hacía. Diana siempre estaba conmigo, me decía que tenía que decírselo a los profesores para que Carla dejase de molestarme. La hice caso, pensando que funcionaría y que Carla me dejaría en paz, pero fue todo lo contrario.

Carla no hacía los deberes y me obliga a dejárselos, pero yo me negaba. ¿Qué hizo ella? Quitarme mis cuadernos mientras yo no me daba cuenta con la ayuda de esas que antes eran mis amigas. Y cuando me enfrenté a ella diciéndola que qué hacía con mis cosas, ella simplemente se empezó a reír.

A estas alturas, mi única amiga era Diana.

En un descanso, cuando había que subirse a clase, Carla se acercó a mí y me tiró del pelo. Diana, que estaba conmigo la gritó y lo que yo hice fue decirla 'no me voy a bajar a tu nivel' para después coger de la mano a Diana e irme. No sé de dónde saqué el valor para contestarla.

Empecé a odiarme, a darme asco y a verme fea. Cuando el curso terminó, le pedí a mis padres que hablasen con mi tutora para que en primero de la ESO no me tocase con Carla.

Al empezar mi nuevo curso estaba nerviosa pero algo más segura al saber que Carla no iba a estar en mi clase. Yo no sabía que Carla tenía amigos en la ESO, que tontería por mi parte pensar que una chica 'popular' no tuviese amigos en el curso en el que ella se suponía que tenía que estar.

En mi nueva clase me tocó con dos de sus amigos, los cuales no tardaron en preguntarme si era 'Pepita, la chica que se chivó de Carla'. Desde ese momento supe que me iban a hacer la vida imposible, porque sí, porque yo en esos tiempos pensaba que no iba a salir de esa. En el patio/recreo, Carla venía a reírse en mi cara y a preguntarme por sus dos amigos (vamos a llamarles Luis y Juan) y que si me estaban tratando como me merecía.

Luis y Juan, aprovecharon cada momento que tuvieron para reírse de mí. Me insultaban y me preguntaban cosas que me hacían sentir incómoda.

No sé cómo conseguí superar ese año, pero lo hice, pasé a segundo de la ESO.

Yo ya no me esperaba ningún cambio. Iba a clase con miedo y sin ganas. Diana se había distanciado de mí y digamos que nunca se me dio bien eso de hacer amigos.

Segundo de la ESO fue peor que el año anterior. Mi nuevo tutor decidió ponerme en tercera fila con Luis delante de mí y Juan detrás de mí.

En una de las clases, Luis se estaba metiendo conmigo, yo estaba esperando a que el profesor llegase para que él parase. Los minutos pasaban y Luis no dejaba de quitarme las cosas y llamarme por el mote que me habían puesto (prefiero no mencionarlo, cada vez que lo recuerdo me hace daño). Un chico con el que había hablado pocas veces (solo para hacer trabajos), se levantó y le gritó que parase. Luis le imitó y ahí es cuando se empezaron a pegar. Recuerdo ese momento porque a partir de entonces el chico que me defendió me dedicaba una sonrisa cuando me veía. Al menos eso hacía que me sintiera un poco mejor.

Expulsaron a este chico por empezar una pelea y entonces volví a quedarme sola. ¿Cómo es posible que unas personas hagan que te sientas sola aun estando con tanta gente a tu alrededor?

El curso siguió avanzando y al fin llegó a su fin.

Cuando se suponía que iba a empezar tercero de la ESO, mi tutor de segundo me dijo que había repetido. Tenía ganas de llorar, me sentía estúpida, no solo por haber suspendido las recuperaciones, sino por haber dejado que dos personas influyesen tanto en mi estado de ánimo que hasta me quitaron las ganas de seguir estudiando. Porque lo admito, yo fui la que empezó a dejar de estudiar para pasarse las tardes llorando, yo fui la que le dijo a mis padres que ya nadie se metía conmigo porque no quería verles tristes y enfadados por como me trataban los demás.

Antes de entrar en mi nueva clase, me convencí de que estas personas no me conocían y que podía hacer amigos, que esta vez iba a ser diferente. Eso fue hasta que al entrar vi a Carla.

Ahí es cuando me puse a llorar. Jamás había llorado en clase, pero se me juntó el saber que había repetido y que una de las personas que me molestaba estaba de nuevo en la misma clase que yo.

El curso avanzó, hice amigas, y parecía que Carla era amable conmigo. No confiaba en ella, estaba siempre alerta, esperando a que se riese en mi cara.

No pasó nada.

Pasé de curso y me volvió a tocar con Carla en clase.

Tercero de la ESO fue el curso en el que Carla me pidió disculpas por su comportamiento. Me dijo que me trató así porque el primer día (en sexto de primaria) no la saludé. ¿Qué hice? Decirla que la perdonaba. En mi mente tenía preparado un discursito en el que le decía lo mucho que me había hecho sufrir, en como hizo que me aislase de la gente y en que no sabía si debía de perdonarla o no, ¿cómo podía pensar que pidiéndome perdón arreglaría tres años de insultos y humillaciones? Pero ninguna de esas palabras salió de mí boca.

Es patético pensar como dejé que me insultasen y después perdonar a la persona que lo empezó todo.

Estuve cinco años de mi vida aguantando insultos por parte de otras personas, pero eso no es lo peor, lo peor es que yo empecé a creerme lo que me decían: 'gorda', 'fea', 'no vales nada', 'no tienes amigos porque eres aburrida'...

Ahora, a mis 18 años me cuesta confiar en la gente. Las cosas han mejorado, ya nadie me insulta ni me quita las ganas de ir a clase. Eso no quita que cuando hago amigos nuevos tengo miedo de que se cansen de mí.

Aún sigo intentando quererme a mí misma, es algo en lo que tengo que trabajar. Puede que no lo consiga en un mes o en un año, pero sé que puedo conseguirlo.


BULLYING STOPS HERE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora