BULLYING STOPS HERE #2

299. Evelin.

Edad: 14  años.

  Durante toda mi infancia o su gran mayoría convivía con una chica, yo siempre la secundaba, era casi una hermana para mí; aunque una niña de 8 nunca se fijaría en que la humillaban a cada rato. Ella era todo: linda, fuerte, carismática, pero odiaba juntarse con las niñas, yo era la única que estaba a su lado. Durante aproximadamente 6 años todo fluía bien, hasta que un día la maestra había elegido a los alumnos destacados, ella siempre tenia calificación mayor por una décima, pero ese año me había acabado tratando de sacar buenas notas; ese día yo era la alumna más destacada. Un año después volvió a lo mismo, yo era la segunda y para mantenerme a raya, me gritó: me dijo que yo no valía nada, que siempre estaría detrás suyo y que nunca valdría lo suficiente como para estar a su lado; ese día comenzó todo, fueron 3 años más de soportar burlas, humillación y en casos hasta golpes de su parte, ella se había encargado de alejar a todas las demás niñas de mí, llegó a tal extremo que creé una dependencia emocional, no podía vivir sin ella, sin ella no era nada o al menos eso me hizo creer.

Hasta que un día ella se fue, se marchó con un año faltante para acabar nuestra educación primaria. Cuando todas las personas que se juntaban con ella se acercaron a mí esperando ordenes a seguir; negué todo, yo no quería que me siguieran, cada uno tenía su camino y no quería que repitieran mi historia. Aún así todo siguió hasta hace un año; mis ideas salieron sin permiso ganándome un par de gritos y algunos golpes pero no me quede callada, reproché todo lo que alguna vez me habían hecho, paré sus insultos, sus golpes, paré todo.

Cuando le dije que parara y que era mi vida, no la suya; merezco vivir como a mí me parezca, le conté todo a mis padres que a la vez se lo contaron a los suyos.

No la he vuelto a ver y creo que esta es la sensación más maravillosa: la de ser libre, la de ya no rendirle cuentas a nadie.