312. Cristina

104 21 2
                                    

Cristina, 24 años.

Hola, me llamo Cristina y tengo 24 años. Gracias a Dios, hace muchos años que yo pasé por el bullying, sin embargo, es algo que nunca se olvida. Llevo mucho tiempo siguiendo a esta cuenta, pero nunca me atreví a participar. Y sí, ahora es el momento.

Podría decir que todo empezó cuando me enteré de que mis amigas no eran realmente mis amigas. Siempre me había juntado con las chicas de clase, eramos muy diferentes porque yo fui a un colegio privado (de refinados más o menos) aun así nos llevábamos todos bien, salíamos los fines de semana y tal, pero un día sin más dejaron de llamarme. Decidí preguntar a dos amigas mías por qué y su contestación lo desató todo: "no quieren estar contigo porque dicen que eres rara". Sí, de la noche a la mañana.

Lo primero que hice fue evidentemente cabrearme mucho y separarme de ellas, iba sola a clase y estaba sola en clase. Hasta que aquellas dos amigas me pidieron seguir siendo mis amigas, aunque solo una se quedó realmente conmigo.

A partir de ahí comenzaron los comentarios despectivos, las miradas. Se burlaban cuando hablaba en clase, se burlaban de mi ropa y mi pelo, de todo lo imaginable. Siempre intentaban hacerme creer que era como una pobretona que no estaba a su altura.

Pasé mucho tiempo sola, y era muy duro. Llegaba a casa llorando y lo único que quería era dormir. Cogí una ansiedad increíble de la que aún hoy me cuesta salir. Me crearon complejos que ni siquiera tenía antes de eso, como con mi cuerpo (soy muy delgada), con mi pelo, con mi estatura. Me odiaba a mí misma por no ser tan guapa o tener dinero como ellas.

Primero fueron los chicos, después las chicas. Había dos en concreto, repetidoras, que incluso me lanzaban cosas en clase, lápices, gomas, papeles usados, lo que fuera. Se lo conté a mi tutor, pero no hizo absolutamente nada. Por suerte, mi hermana mayor en esa época era bastante rebelde y la gente le tenía respeto. Un día se lo conté, se plantó frente a ellas en la salida del colegio y las amenazó con partirles la cara claramente si no me dejaban en paz. No es que esté a favor de la violencia contra la violencia, pero bueno, funcionó. Al día siguiente se disculparon y no volvieron a hablarme.

Pero la cosa no acabó ahí, no. Las demás chicas continuaron, y eran demasiados. No terminaría nunca contándoos todas las putadas que me hicieron, como por ejemplo hacerse pasar por un chico de mi colegio a través del móvil, diciendo que yo le gustaba y comenzando a acosarme por mensajes. Cuando yo me enteré que eran ellos la lié un poco, me peleé y parecieron dar un poco marcha atrás y dar una tregua a su bullying.

Pero no, tampoco acabó ahí. Resultó que yo tuve un problema con mi amiga de toda la vida (llamémosla A) que entonces estaba un curso por debajo de mí. La cosa es que se había hecho amiga de la peor escoria de su clase, y cuando A y yo dejamos de ser amigas, esa escoria decidió atacarme a mí. Me llamaba "puta" a pleno pulmón cuando salíamos de clase, me insultaba por los pasillos y me amenazaba. Pero para ese momento yo ya había tragado demasiado y estaba cansada. Le planté cara, y chic@s, es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. Me acuerdo perfectamente de esa escena. Me puse frente a ella y le dije que parara de la forma más tranquila del mundo, ella se puso un poco chula "¿vas a pegarme o qué?" preguntó y yo contesté "No, yo no voy a mancharme las manos como tú". Su amiga la fuerte se puso por en medio y amenazó con pegarme, pero yo no me moví ni un centímetro y mantuve la cabeza alta. "Pégame, si tienes huevos" le dije, "no te tengo miedo". Sé que parece de película, más fue así. Parece que por gracia divina se asustaron o no sé, quizás no se esperaban que yo supiera defenderme, y se retiraron. No volvieron a molestarme nunca más.

Una vez me vi fortalecida después de eso, las cosas empezaron a cambiar cuando pasé a cuarto de los estudios secundarios. Las chicas de mi clase que aún de vez en cuando me hacían burla, comenzaron a hacer bullying también a mi prima, y es curioso que yo tuviera el valor de hablar cuando era a alguien a quien apreciaba a quien estaban haciendo daño y no a mí misma.

Fui al tutor y se lo conté todo, incluido cómo habían escupido a mi prima desde las escaleras ese mismo día. El hombre no daba crédito porque eran "las chicas estudiosas y buenas" pero me creyó. Me creyó y me apoyó como ningún profesor había hecho antes, como todos deberían hacer. La verdad, él salvó mi vida en ese momento, porque no sé qué hizo, pero el acoso cesó.

A partir de ahí la persona que era cambió bastante, mucho. Saqué la fortaleza que tenía escondida en alguna parte y para cuando llegué a bachiller (antes de la universidad) ya nadie se atrevía a meterse conmigo. Yo era como una roca, imposible de penetrar con insultos, nunca me callaba cuando alguien iba contra mí, era diferente, vestía de negro y me gustaba el manga, ¿y qué? Que se preparara el que osara meterse conmigo.

El bullying en total duró como unos cuatro años, que fueron horribles, fueron lo peor... Pero tampoco lo borraría de mi vida si pudiera ¿sabéis? Porque me enseñó a ser fuerte, me enseñó a valorarme como persona frente a los demás y frente a mí misma, vistiera como vistiera, llevara el pelo que fuera o escuchara música diferente a los demás.

Me gustaría deciros a los chic@s que estáis pasando por eso ahora o que hace nada que lo habéis hecho porque sois jóvenes, que nunca os deis por vencidos, ellos van a por vosotros porque creen que sois débiles, que os vais a callar y a dejarles hacer. Que sois diferentes, pero eso es porque sois únicos.

No os digo que os peleéis o peguéis con ellos, eso no servirá de mucho, pero nunca agachéis la cabeza. Nunca. No os quedéis callados, contadlo a quién sea que os pueda ayudar, no estáis solos. Puede que penséis que nunca encontraréis alguien que os entienda y os respete, pero os juro que yo después de 24 años lo he encontrado, no es imposible, solo hay que ser paciente.

Sé que mucha gente dice que hay que saber perdonar y olvidar, pero sinceramente, a mí me jodieron la adolescencia, y lo único que puedo hacer es hacerme valer. Por eso pienso que tenéis que demostrarles que valéis oro. ORO. Y que el karma se ocupe de ellos.

Recordad que no es valiente el que no tiene miedo, sino el que, aunque lo tiene, se enfrenta a ello.

BULLYING STOPS HERE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora