Una mañana cualquiera como otra, mi madre decidió parar, supongo que para comprar algo. Sin embargo, algo o alguien nuevo se adentró, lo supe por el olor que desprendía, era una combinación entre madera y menta un olor completamente opuesto al que m...
—Me gusta, que seas sincera princesita — toma mi mano con la suya y besa mi dorso.
— es parte de mi encanto — respondo divertida
— lo sé y me encanta — susurra mientras se está acercando a mí.
—perdón la interrupción, aquí está la cuenta — regresa la misma mesera, solo que esta vez parece que en realidad esta trabajando y no coqueteando.
— aquí tienes, gracias — responde Kendall cortante, tomando mi mano para levantarnos e irnos.
Luego de que Peter le enviara un mensaje a Kendall, diciendo que con Sabrina decidieron ir a un lugar, tenemos toda la tarde para nosotros.
Así que se me ocurre una idea. Lo llevare a mi lugar.
—dame las llaves del auto, te llevare a un lugar hermoso — el asiente poco convencido y me las da.
—¿sabes conducir? —pregunta inquieto
—claro, como crees que escape, genio — respondo mientras subimos al auto.
—buen punto — mientras lo hace se abrocha el cinturón de seguridad y creo que esta rezando.
Jesús ni que manejara como loca.
Pov Kendall
Luego de unos 30 minutos por carretera, llegamos a una entrada escondida en el bosque, por ahí pasamos unos 15 minutos hasta que Ahda estaciono el auto.
—Ven — señala, mientras toma mi mano para guiarme.
—no me vas a secuestrar ¿verdad? — exclamo, ansioso. El lugar da miedo.
— tu desempeñas ese papel — responde divertida.
Luego de unos minutos, caminando sin rumbo, según mi perspectiva, logro ver un sendero que está cubierto de árboles, como si fuera un túnel. Se ve espectacular. Poco a poco voy escuchando el sonido de agua cayendo, al entrar por completo me doy cuenta que es una cascada. Se ve mágico.
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Ahda me mira sonriente —Mi papá me traía de pequeña casi siempre, él decía que, si me sentía mal o asustada, solo necesitaba transportarme a este lugar en el que me siento segura y feliz — declara, mientras admira el lugar.
—Es mágico, Ahda — señalo admirando la belleza del lugar.
—lo sé, es perfecto — dice, mientras nos sentamos en el césped.
Nos quedamos observando el lugar con gran admiración por varios minutos.
—Quieres jugar a las 20 preguntas — suelto, ya que quiero conocer todo de ella
—¿No sólo eran 10? — pregunta divertida, mientras se recuesta sobre su espalda, yo hago lo mismo. Los dos miramos al cielo.
—Si, pero con 10 no es suficiente — replico.
— tienes un punto, comienza — responde.
—¿Cuántos años tienes? — lo se es tonto, pero quiero saberlo de ella, no de una carpeta que me dio mi padre.
—18, viva la legalidad — responde divertida.
—¿A los cuantos años perdiste tu virginidad? — pregunta inquieta.
— Si no estoy mal fue a los 15 — respondo con simpleza.
—¿Algún secreto? — pregunto, aunque es probable no responda
—Te lo digo, solo si me dices uno tuyo primero— gira su cabeza para mirarme directamente a los ojos. Hasta ese momento no me había dado cuenta que la estaba mirando tan profundamente.
—Está bien — resoplo, eso es trampa.
—Una vez fui a la cárcel — suelta con firmeza.
—¿Por qué? dime que no mataste a nadie por favor— pregunto asustado, con esta mujer no se sabe.
—no mate a nadie, solo fue un mal entendido — responde divertida
—Tu turno cuéntame — me mira curiosa
— Bueno tengo un hermano que murió por culpa de mi padre él era mayor, y tuve que guardar el secreto desde que soy un niño, mi padre no sabía que lo había visto, si se lo decía de seguro y corría con el mismo destino. He ahí otra razón por la que odio a mi padre — recordando todo lo que paso esa noche.
— No quiero que te pongas así, corazón — responde Ahda, mientras acaricia suavemente mi mejilla, tranquilizándome de forma instantánea.
—Gracias enserio — susurro, para mirarla más de cerca.
Es hermosa y quiero que sea mia.
— ¿quieres meterte? — pregunta entusiasmada.
—hagámoslo— respondo de la misma forma.
Ella empieza a quitarse, la chaqueta, luego la camiseta, el pantalón y lo que resta, quedando solamente en su conjunto negro de ropa interior. Se ve perfecta, su piel es lisa, su cuerpo tiene curvas y yo solo quiero pasar mis dedos por ahí.
Yo hago lo mismo me quito toda la ropa y veo como Ahda queda hipnotizada por mis abdominales. Entendible muy entendible.
—vamos o te quedaras toda la tarde admirándome— señalo divertido.
Ella despierta de la ensoñación y asiente. Ambos nos tiramos al agua, está un poco fría, pero nos acostumbramos, empezamos a nada y a jugar. Me estaba divirtiendo como nunca en mi vida.
—me encanta este lugar — sonrió mientras la atrapo en mis brazos. Ella se acomoda con sus piernas en mi cadera, mientras pasa sus brazos por mi cuello, quedando frente a frente.
—a mi igual — responde, mientras intenta controlar su respiración.
Ya no aguanto mas su boca es como si me llamara a probarla. Con una mano acaricio su rostro y paso un mechón detrás de su oreja, ella muerde su labio suavemente, y ese es mi detonante, me abalanzo sobre su boca, empiezo lento, saboreándola, la atraigo más a mi cuerpo si eso es posible, quedando como uno solo, ella empieza a aumentar el ritmo mientras me besa hábilmente. Nos separamos por falta de aire. Me mira por un momento y ahora es ella quien inicia el nuevo beso, lo hace un poco mas desesperada como si quisiera comerme y yo respondo de la misma forma. Poco a poco nos vamos separando
Quiero hacerla mia, ahora.
—eso fue — intenta recobrar el aliento.
—increíble— respondo por ella. Me sonríe y deja un casto beso sobre mis labios.
—tenemos que irnos, pronto anochecerá — señala saliendo del lago y colocándose la ropa. Yo imito su acción.
El camino regreso a su casa, fue un poco tenso porque me controlaba para no tocarla, no quería que se asustara.
—gracias— sonríe tímida, yo salgo del auto para abrirle la puerta y ayudarle a salir.
—gracias a ti, fue increíble — susurro, mientras tomo su cara y la beso lentamente.
Nos separamos y ella sonríe, alejándose y entrando a casa.
