Capítulo I

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¿Cómo una chica de dieciséis años le decía a su padre que dentro de unos siete meses se convertiría en madre? Llevaba dos semanas ideando la forma en que le diría, y por más que maquinaba no encontraba cómo hacerlo. Sólo pensar en las posibles reacciones, me impedía llenarme del valor necesario para confesarle que tenía dos meses de embarazo.

Esa sería una de las cosas más difíciles por la que atravesaría: Decirle a las personas que siempre habían estado allí, ofreciendo su mano para que transitara confiada el largo camino de la vida, que había cometido un error tan grande que a pesar de todo siempre estaría presente en mi vida; sabía que estarían decepcionadas cuando les dijera que estaba embarazada, mi padre, por ejemplo, porque había roto la promesa que alguna vez había hecho, de que no tendría relaciones sexuales hasta estar preparada.

Y no quería ni imaginar la reacción de Tyler al saber que por un descuido se convertiría en padre con tan sólo diecinueve años. Eso arruinaría todos los planes que él tenía para el futuro, pero estaba convencida de que estaría junto a mí apoyándome porque me amaba y llegaría a amar a ese pequeño ser que había sido engendrado en un acto de amor; siendo ese mismo amor el que nos impulsaría para hacerle frente a todo lo que se interpusiera en nuestro camino hacia la felicidad.

Un camino que se nos había adelantado un poco, debido a que ni siquiera habíamos terminado la secundaria y ya seríamos padres, pero que nos haría igual de felices.

—... Elizabeth, ¿me estás escuchando? —Suspiré, al escuchar a mi mejor amiga, Katherine Knight. La verdad era que en esa media hora que llevaba de parloteo sobre lo imprescindible que era contarle a mi padre lo que estaba pasando, yo sólo me había dedicado a pensar en las consecuencias que traería esa noticia—. ¿En qué estabas pensando?

« ¿En qué pensaba? En que es muy probable que cuando mi padre se entere que estoy embarazada no quiera volver a verme, en eso estoy pensando, mi querida Kate», pensé, más me fue imposible decirlo en voz alta porque mis ojos se llenaron de lágrimas y ella corrió hacia mí para envolverme en sus brazos.

Todo estará bien. Yo estoy aquí y te apoyaré sin importar las circunstancias. —Al escuchar esas palabras, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, soltando todo lo que llevaba semanas conteniendo a través de ellas. Y justo en ese momento me di cuenta de cuánto había necesitado escuchar que alguien me apoyaría a pesar de mis errores—. Tranquila, yo estoy aquí... —siguió susurrando, haciendo pequeños círculos en mi espalda para que me calmara.

Me aferré a sus brazos buscando que ella me transmitiera el valor y la seguridad que necesitaba en esos momentos. —No sé cómo asumir esta responsabilidad, Katie... Yo no estoy preparada para ser madre, y mucho menos para decirlo... —Suspiré—. ¿Cómo le digo a mi padre que rompí mi promesa? ¿Cómo le digo a Tyler que será papá? ¡No puedo hacerlo!

—Sé que es difícil, pero tienes que hacerlo... —Mientras hablaba continuaba frotando mi espalda con cariño, mostrándome una vez más que ella era una gran amiga—, porque el tiempo está corriendo, Ellie; aunque no quieras aceptarlo y por eso te niegues a decirlo, eso no cambiará el hecho de que estás embarazada. —Sequé mis mejillas.

Era cierto, yo no quería decirlo porque sabía que al hacerlo sería oficial, y toda mi vida cambiaría.

Me alejé de Katherine, caminando hacia mi mesa de noche para buscar mi celular. Tenía que decirlo. No podía seguir pretendiendo que todo estaba bien, cuando cada minuto que pasaba, era un latido más en el corazón del bebé que llevaba en mi vientre.

—Llamaré a Tyler y le pediré que nos veamos...

Me senté en la cama, marcando el número de mi novio, pero pasaron unos minutos y lo único que había escuchado era: «El número que usted marcó está fuera de servicio, por favor comuníquese más tarde», por lo que decidí llamar a su casa.

Nueva vida, Nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora