Capítulo XXII

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Culpabilidad. Ese había sido el sentimiento que me había inundado al ver a Stephanie llorando. No sabía si estaba actuando, como siempre, o sus lágrimas eran genuinas, pero de lo único que estaba segura era que yo era la culpable de que ella se encontrara así en esos momentos.

Odiaba sentirme así, pero no podía hacer nada para impedir que ese molesto sentimiento, que se había instalado en mi vida en los últimos meses, acabara con la poca tranquilidad que me quedaba.

Lo peor de toda esa situación era que entendía perfectamente por lo que ella estaba pasando. Nunca en mi vida me habría imaginado comprendiendo los extraños comportamientos de Stephanie, pero allí estaba.

—... ¿Ya estás satisfecha? —Me había tomado dos largos minutos para reaccionar a su pregunta llena de odio y rencor.

Inhalé profundamente para poder contener las palabras descompuestas que querían salir a gritos de mi boca. —Stephanie, aunque no me creas, nunca fue mi intención...

—No quiero escuchar tu ridículo discurso —Me lanzó una mirada llena de desprecio—. Sabes perfectamente bien que desde que llegaste aquí has estado seduciendo a...

— ¡No voy a permitir que hables así de mí! —Mi paciencia acababa de sobrepasar los límites. Era increíble como esa chica me hacía alterar tan rápido—. No soy una maldita zorra, Stephanie...

— ¿No? —Soltó una ruidosa carcajada llena de sarcasmo—. Pensé que sí lo eras, ¿o se le llama de otra manera a las estúpidas que le quitan el novio a otra?

Esas eran las palabras que había tratado de evitar a toda costa desde que había descubierto que dos personas importantes para mí me estaban viendo la cara de idiota. Había prometido que nunca caería tan bajo como Melanie. No cuando sabía cuánto se sufría al saber que por culpa de alguien ya la persona que era dueña de nuestro corazón no formaría parte de ese futuro que ambos, en el pasado, anhelaban. Por eso, no quería llegar a ser igual a Melanie, y mucho menos cuando la había criticado tanto por cómo se había comportado.

—... ¿Un ratón te ha comido la lengua, querida? —Había pronunciado la última palabra con tanto desprecio que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo—. Porque déjame decirte que...

— ¡Cállate! —Le regalé una mirada llena de sentimientos inexplicables, pero ninguno era agradable. De eso estaba segura—. ¿Por qué no puedes entender de una vez que no tenía la intención de robarte a tu novio?

—Porque a mí, querida, no me engañas con eso de...

—Me importa un jodido comino, Stephanie. —Me estaba alterando demasiado. No creía que eso fuese algo bueno en mi estado. Suspiré para tranquilizarme un poco, lo que había sido en vano, antes de continuar:

» Lo último que quería, después de enterarme de la traición de Tyler, era que otras personas pasaran por lo mismo que yo... —Lágrimas incontrolables empezaron a descender por mi rostro. Genial, las dos estábamos llorando—, y no me importa si me crees o no, pero la verdad es que no tenía ni la más mínima intención de hacerte pasar por lo que me había llevado a una etapa de depresión...

—No creo ni una sola palabra... —A pesar de sus palabras en sus ojos se reflejaban cierta duda.

Necesitaba calmarme antes de que ocurriera un desastre. — ¡Estoy embarazada, Stephanie!... Sólo tengo diecisiete años y estoy esperando dos bebés que dependerán completamente de mí...

» No sé, pero creo que alguien en una situación como la mía no tendría cabeza para si quiera intentar seducir al novio de otra...—Intentó decir algo, más yo le había indicado que callara con un gesto con mi mano—, tienes que entender de una vez por todas que yo no he planeado que las cosas sucedieran así... —Suspiré mientras me agarraba de la puerta de un cubículo—, Austin es un chico maravilloso y creo que para ambos ha sido una sorpresa descubrir que...

Nueva vida, Nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora