Nunca creí que llegaría a dejar de prestar atención en clase, y mucho menos de Historia, pero con diez semanas de embarazo, unos deseos enormes de vomitar, un sueño insoportable y millones de cosas en que pensar, como en dónde encontraría un trabajo, lo último que quería era escuchar al profesor Carter hablar sobre quién sabía qué cosa. Había dejado de prestar atención desde que entró al salón con una sonrisa.
Levantarse a las cinco y cuarenta de la mañana para preparar un desayuno decente. Pasar nueve horas en la escuela (desde las 8:00 A.M. hasta las 4:00 P.M.). Regresar a realizar los deberes escolares, ordenar todo el apartamento, lavar la ropa, preparar la cena y tener que volver a ordenar todo, era un trabajo bastante agotador. En fin, tener que hacer todo completamente sola no era un trabajo fácil. No para mí.
Y a todo eso había que sumarle el hecho de que no había logrado encontrar un trabajo. La verdad es que no podía concentrarme mientras todos esos problemas vagaran por mi mente.
—Ellie, tienes que comer —dijo Allison por décima vez, mientras yo buscaba mi libro de francés en el casillero. Había salido prácticamente corriendo del salón de Historia desde que tocaron la campana.
—No tengo tiempo, en cinco minutos empieza mi clase —le repetí, cerrando mi casillero.
—Por favor, toma el jugo, por lo menos —rogó con los ojos de cachorrito mojado.
—De acuerdo —Suspiré derrotada, tomando el zumo de naranja—. ¿Feliz? —pregunté, luego de beber todo el zumo.
—Muy feliz —Y en su rostro se dibujó una sonrisa para dejarlo claro—. Después de la escuela iremos a comer algo junto a Austin.
—No gracias. No deseo que Stephanie siga pensando que quiero quitarle a su novio.
— ¿Desde cuándo te importa lo que Stephanie diga de ti? No haremos nada malo.
—De acuerdo. —Suspiré derrotada por segunda vez. Ella utilizaba la manipulación psicológica muy bien cuando quería conseguir algo.
—Nos vemos en la salida. —No contesté, sino que empecé a caminar hacia mi próximo salón de clases, al escuchar el timbre sonar.
Cuando por fin, tocaron la campana que indicaba el fin de clases por ese día, Allison me arrastró, literalmente, hacia el estacionamiento.
—No es necesario que me arrastres hacia el coche de tu hermano —me quejé, caminando malhumorada junto a ella.
Allison me miró con una enorme sonrisa en su cara. —Así me aseguro de que no escaparas.
Al llegar al coche de Austin, me di cuenta de que todos observaban expectantes como Austin se bajaba de su auto para abrirnos la puerta a ambas. Ya me imaginaba el tema de conversación de todos al día siguiente: «La chica nueva salió con el guapo novio de Stephanie».
— ¿No vas a subir? —preguntó Austin con una sonrisa. Noté que había abierto la puerta trasera del auto para mí.
No había convivido mucho con el hermano de mi amiga en los días que llevaba en la escuela, sólo esa vez hablamos cuando él se acercó a mí para alejarme de ese desagradable chico hacía varios días atrás, pero las pocas veces que nos veíamos siempre me saludaba, y en esas pocas veces de interacción me había quedado más que claro que él era una persona muy amable.
Traté de sonreírle de vuelta, pero fallé. Aun no conseguía los ánimos suficientes para seguirles la corriente a los hermanos Williams. —Claro. — Subí al coche e inmediatamente Austin cerró la puerta para rodear el auto y subir al asiento del piloto.
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Nueva vida, Nuevo comienzo
Teen FictionLa vida puede cambiar en un instante. Un día eres la persona más popular de la escuela y amada por todos en las redes sociales, y al siguiente eres la persona más odiada de esos mismos lugares. Toda acción, trae una consecuencia, sea buena o mala, y...