El Infinito Mas Grande

Capítulo 12

GABRIEL

Nunca se me había pasado por la mente que la haría sentir así, estaba parada frente a mi y no dejaba de llorar, lo único que quería era que me comprendiera, no podía volver el tiempo atrás ni repetir este día.

En la mañana de ese día....

Hoy es nuestro día, nuestro primer aniversario con Lis, estaba muy feliz, y nervioso, pues le compraría un peluche gigante que encontré en la página web de ventas, era de segunda mano pero a simple vista nadie se daría cuenta, sin embargo no me sobraba dinero para invitarla a comer o llevarla al cine, y algo me decía que ella esperaba un día especial, era nuestro día...

Mi madre le contó a un amigo de ella que yo había hecho casi todo el trabajo cuando nos mudamos de casa, este caballero también habría comprado una casa cerca de aquí, por lo que me ofreció bastante dinero por ayudarlo a mudarse de casa, ya eran las 10:00 a.m y tenía que estar en su casa a las 12:00 a.m esperaba no demorarme más de dos horas, para poder arreglarme, ir a comprar el peluche y juntarme con Lis, necesitaba que este día fuera inolvidable para ella.

"PERO MUCHOS DICEN QUE MIENTRAS MÁS PLANEAS LAS COSAS MENOS TE RESULTAN"

Llegué a la casa del señor Bleiwer a las 12:00 a.m en punto, no recordaba el tamaño de su casa ya que mi madre me llevaba cuando era mas pequeño, su casa era gigantesca, tan grande que podría tener 2 mujeres y 30 hijos y aún me sobraría espacio para las mascotas, quizás exageraba un poco pero era necesario, nunca habí visto una casa tan grande, y no me daba buena espina, pues en dos horas difícilmente sacaríamos todas las cosas para ubicarlas en el camión de mudanzas, sin embargo yo haría todo lo posible.

No recuerdo cuántas horas habían pasado cuando recibí una llamada de Lis, me era difícil conversar con ella porque estaba entrando y saliendo a cada rato de la casa, por lo que me ví en la necesidad de contestarle rápidamente y seguir con lo mío, una parte de mí me decía que debía decirle lo que estaba haciendo, otra parte de mí se abstenía a tal declaración, pues me daba verguenza decirle que no tenía dinero para invitarla a salir.

De apoco fuimos despejando las habitaciones de la casa, pero aún nos faltaba el living, comedor y la cocina , eran demasiados muebles, creo que nunca en mi vida voy a tener tantos muebles en mi casa, esperaba algún día contruir una casa bonita, con mis propias manos, y en todos esos anhelos estaba ella...Lis... mi Lis.

No tenía idea de cuántas horas o minutos habrían pasado, pero estaba atrasado y Lis me estaba esperando, volvió a sonar mi móvil y sólo pude decirle que me esperara un poco más, mi orgullo me impedía evidenciar mi pobreza en estos momentos, mi madre no me pudo dar dinero porque con la mudanza habría gastado bastante, y no quería desilucionar a Lis, ella se merecía algo fantástico.

El señor Bleiwer trabajó tan arduamente como yo, él no tenía hijos ni familiares, su historia era bastante triste, se conoció con mi madre en la escuela en la que trabajan ambos, y desde ya hace 8 años aproximadamente que lo conosco, él nos contó que sus padres habrían fallecido hace tiempo y al parecer tener pareja no era lo suyo, a él le gustaba viajar y cosas así.

Ya estabamos terminando de embalar y ubicar todo en el camión de mudanzas, cuando Lis volvió a llamarme, eran las 6:30 p.m y sonó mi móvil, estaba arriba de unas escaleras sacando unos cuadros fotográficos, cuando al intentar sacar el móvil de mi bolsillo, me tambalee y me caí, creo que llegué a dar vueltas en el aire porque caí sobre mi hombro derecho, a pesar del dolor necesitaba contestarle a Lis, pues el móvil, a varios metros de mí, seguía sonando, por lo que me arrastré como un ninja y logré contestar antes de que la llamara pasara a buzón. Algo me decía que Lis no estaba muy contenta, por lo que nuevamente me ví obligado a pedirle que me siguiera esperando, pues ya habría casi terminado y pronto estaría con ella, sin embargo no le dije absolutamente nada de lo que estaba asiendo.