━ 001. steve rogers

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STEVE ROGERS

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—¿Por qué no sales con la capitaleta? —me preguntó Anthony de pronto, di un pequeño salto en mi lugar mientras recargaba mi arma

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—¿Por qué no sales con la capitaleta? —me preguntó Anthony de pronto, di un pequeño salto en mi lugar mientras recargaba mi arma.

—¿A qué viene tu pregunta? —lo miré recelosa, recogiendo algunas balas que habían caído al suelo.

—Bueno, ya sabes, eres mi hermana y no quiero que mueras sola —me respondió como si fuera lo más simple del mundo y me dio una amplia sonrisa.

—No empieces con eso, Anthony —le gruñí irritada, poniéndome en posición para apuntar al muñeco de prueba.

—Sólo es una sugerencia. No pierdes nada con intentarlo —razonó él—. Además...ya me enteré de que te gusta —añadió burlón. Toda mi atención se centró en Tony y su tonta sonrisita. Mierda...

—¿Q-quién te lo dijo? —me apresuré a preguntar.

—Pietro —contestó simple. Maldito gemelo extranjero... Hoy habrá estofado sokoviano a la Maximoff para la cena.

—Maldito rubio teñido —mascullé por lo bajo.

—Tranquila, tu secreto esta a salvo conmigo si...

—¿Si qué? —giré los ojos, conocía bien a Tony y sabía que lo que venía no era nada bueno.

—Si sales con Steve —dijo al fin con una mirada triunfante. Maldito hijo de... esperen, tenemos la misma madre.

—¿Tú estas idiota o qué?

—No —sonrió— Sólo intentalo o le diré a todos que te gusta el fósil caminante —me amenazó divertido. Bufé molesta y deje mi arma en su lugar.

—Bien, pero te juro que me las pagaras —le advertí seria antes de salir del campo de tiro.

—¡Yo también te amo hermanita!

Estúpido, estúpido Tony.

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Bajé a la sala de la torre. Encontré a Steve ahí, leyendo sobre la Segunda Guerra Mundial como a siempre.

Me mordí el labio inconsciente al verlo tan relajado como siempre, la verdad era que sí me sentía atraída por Steve pero tenía miedo de confesarlo y que él no sintiera lo mismo y que lo poco que hay entre nosotros se arruinara.

Pero había llegado el momento al fin, como dijo Tony, no pierdo nada con intentarlo.

Me acerqué dudosa a él y me dejé caer a su lado en el sofá.

—Hola Capitán —lo saludé sonriente. El rubio levantó su mirada del libro y lo dejó en su regazo.

—______ —movió su cabeza en forma de saludo—. Creí que estabas entrenando.

𝕸𝖆𝖗𝖛𝖊𝖑 ( 𝖒𝖚𝖑𝖙𝖎𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora