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Desde el principio, algo en tu interior te dijo que sería una muy mala idea salir con el millonario arrogante mejor conocido en el mundo como Tony Stark, pero no pudiste evitarlo.
Finalmente después de tanto tiempo rechazando al filántropo caíste ante sus encantos y su increíble atractivo y aceptaste salir con él aunque tu instinto femenino te decía que NO.
En las primeras citas todo fue de maravilla, pasaste unas cuantas noches increíbles con Tony y descubriste un poco de su extraño lado romántico. Pero en las siguientes ocasiones él comenzó a llegar tarde, aunque te lo recompensaba de la única manera infalible en que sabía hacerlo haciendo que tu enojo desapareciera como por arte de magia.
Pero ahora te había dejado plantada en el restaurante, haciéndote sentir como un idiota al esperarlo casi toda la noche y eso si fue la gota que colmo el vaso para ti. No estabas dispuesta a soportar más, tenías tus límites y ahora Tony si había actuado como un completo imbécil al no dejarte ni un mensaje ni una llamada de disculpas. Te fuiste de ese lugar echando humo, querías arrancarle la cabeza al millonario en cuanto lo vieras.
Llegaste a tu oficina al día siguiente, luego de aquella fatídica noche en el restaurante, con una cara de pocos amigos y un humor terrible que alejaba a casi todos los que te veían. Te centraste sólo en tu trabajo hasta que alguien hizo su inesperada aparición frente a tu escritorio.
Lo miraste unos segundos antes de negar con la cabeza al comprobar quien era tu visitante.
—Vete Stark, estoy ocupada —le gruñiste al pelinegro de traje frente a ti y volviste a tu trabajo para ignorarlo.
—Nena... ¿estas molesta por lo de anoche? —te preguntó, tratando de buscar tu mirada.
—¿Y como quieres que que actúe? ¿Feliz, como si nada hubiera pasado? —ironizaste mientras te levantabas para guardar unos documentos.
—Ya te dije que lo siento. Tenía una misión y no podía faltar —se excusó el filántropo.
—Sí, ya oí eso muchas veces —musistaste con los brazos cruzados, tratando de no hacer una escena ahí.
Tony se acercó a ti y te extendió un ostentoso ramo de flores con una de sus tantas amplias sonrisas que te hacían suspirar.
—Te prometo que me portaré bien desde ahora, sólo dame otra oportunidad —te pidió con un ligero puchero que se te hizo demasiado adorable para ignorar.
Suspiraste rendida, tratando de no sonreír aún. Era imposible resistirse a Tony, te sentías tan atraída que en cualquier momento podías enamorarte hasta el fondo y eso era lo que no querías que pasara para evitar en un posible corazón roto.
—______, confía en mi. No volveré a ser un idiota —agregó al ver que aún no respondías—. Enserio me gustas y ya sabes que no te dejaré tan fácil, ¿verdad?.
Al fin te resignaste y tomaste el ramo que te ofrecía el millonario, este te sonrió triunfante y se acercó para tomar tu cintura y plantar un corto beso en tus labios.
—Es tu última oportunidad, Stark. Si vuelves a hacerme lo mismo te juro que patearé tu arrogante trasero —le advertiste un tanto seria.
—Uhh nena, me encanta cuando me hablas así —murmuró divertido, bajando a tu cuello para dejar besos juguetones.
—Eres un idiota —dijiste entre risas.
—Pero amas a este idiota —presumió sin dejar su sonrisa petulante.
—Aún no, pero tal vez pronto.
—Me parece bien —musitó antes de volver a tus labios.
Esta vez se tomó su tiempo para saborear tu boca y hacerte disfrutar con sus lentos y apasionados movimientos que te hicieron cerrar los ojos para dejarte llevar. Tomaste su cuello con tu mano libre y él profundizo su agarre en tu cintura mientras seguía tomando tus labios sin prisa. Sus dientes comenzaron a dar pequeñas mordidas y cuando sentiste un apretón en tu trasero te separaste rápido con las mejillas calientes y una sonrisa nerviosa.
—Tony, aquí no podemos —razonaste, acomodando tu ropa.
—¿Por qué? —preguntó con un puchero.
—Porque podrían despedirme por tu culpa.
—Bien, pero no creas que esta noche me detendré —adelantó con una mirada provocadora.
—¿Lo promete, señor Stark? —te acercaste para plantar un ligero beso en la comisura de sus labios.
—Por supuesto. Ahora, vamos, te debo una cita —extendió su mano la cual tomaste sin vacilar.
Aunque aún tenías tus dudas, no podías negar que estabas emocionada por saber lo que pasaría después.
Fin.
∆ ∆ ∆
Primer OS de Tony ✔<3
Sé que esta corto pero no tenía cerebro para más :v
Disfrutenlo nenas :3
Y recuerden que sus comentarios son tan importantes como..., idk pero dejen uno ↓ Es gratis! Y les daré chimichangas 🍱🍴
