❀ ESPECIAL: SEMANA DEL SMUT
STEPHEN STRANGE
❛ my desire ❜
No tenías conocimiento de cuál fue el momento en que Stephen había irrumpido en la ducha para exigir tus labios en un beso fervoroso, o por qué había tomado tan drástica decisión. Él no era así de espontáneo.
Una mínima parte de ti quiso apartarlo lejos y negarle más de ése beso, pero no era suficiente como para llevar esa iniciativa a cabo. Incluso aunque siguieras furiosa por la confrontación que acababan de tener tan sólo cinco minutos atrás.
Todo porque se te ocurrió decir algo que incluía la palabra que él aún temía. Compromiso. Ambos no iban a ser jóvenes siempre, él ya estaba en los treinta y tú lo estarías en dos años más. Querías bebés. Y el hechicero de nuevo se había negado a hacerlos, tú te pusiste iracunda y saliste de la habitación para tomar una fría ducha que te ayudara a calmarte.
Cosa que los llevó a ése momento con él tomando tus labios sin permiso y sus dedos recorriendo un camino que iba desde el valle de tus senos hasta tu estómago. Tu cuerpo no tardó en arder por el deseo, incluso con las gotas de agua helada que caían sobre sus cabezas. Era de esperarse, con la manera voraz en que sus labios tersos devoraban los tuyos incansablemente, parecía que quería tomar todo de ti para no entregarlo nunca.
Cuando una sensación eléctrica crispó la piel de tu pelvis, una parte de tu lucidez volvió y lo tomaste de la muñeca, tratando de empujarle. Imposible, él era mucho más fornido que tú.
—No —pudiste formular con otro quejido cuando su boca bajó a complacer tu cuello—. No, ya basta. Aún sigo molesta contigo, imbécil.
—Relajate, nena...
—Quitate o gritaré.
—¿Esa es tu mejor amenaza? —Strange rió sutilmente sobre tu oído, causando más choques eléctricos en todo tu sistema nervioso.
—Sal de aquí. Ahora —ordenaste con el ceño fruncido.
—Escucha, cariño, lamento lo que dije —el hechicero inició su defensa—. Quería que supieras pensé más a fondo lo que me dijiste, tanto que me vuelvo loco imaginándome como papá. Me aterra. Incluso pensé en viajar a todos los futuros posibles, pero no necesito verlos para saber que, en todos y cada uno de ellos, te quiero a ti.
Las mansas palabras de Stephen provocaron que tu corazón diera un vuelco, dejándote petrificada. Una sonrisita atolondrada trazó tus labios y la única respuesta que hallaste fue lanzarte a él con tus brazos rodeando su cuello y tu boca sobre la suya.
Sus dedos se enterraron en tu cintura al tiempo que su lengua se perdía más allá de tus labios, causando un jadeo quedo.
—Entonces... ¿quieres hacer un bebé? No quiero presionarte si no lo deseas realmente —dijiste, separándote unos centímetros.
—Hagamos un bebé —aceptó, empujando con sutileza tu cuerpo hasta que te tuvo contra las frías lozas de la pared.
Te besó, aumentando la fiereza al doble que antes, pronto pudiste sentir esa líquida calidez en tu sexo que clamaba lo lista que estabas para él. Tomaste sus cabellos empapados entre tus desesperados dedos, pero cuando sus dientes se clavaron en tu cuello liberando un gemido, tus manos se movieron a su erección para apretarlo sin vacilar.
—Cariño...
El gruñido que salió de su garganta te motivó a iniciar un suave vaivén, deleitándote con su mirada que te mostraba un claro manifiesto de placer y regocijo. Sus dedos imitaron tu picante osadía, deslizándose con una delirante lentitud en tu coño y descubriendo por si mismo que te hallabas perfecta para recibir algo más que sus dedos.
No podía seguir suprimiendo el deseo insondable que le invadía como llamaradas sobre el cuerpo así que regresó sus labios a los tuyos, al tiempo que una de sus manos tomaba tu pierna para colocarla a su flanco derecho y la otra sostenía tu cintura para evitar que cayeras. Con una sola acometida se introdujo dentro de ti, llenándote de sensaciones inefables y placenteras.
—¿Cómo consigues ponerme así de incontrolable? —susurró sobre tu boca, bombeando su rígida virilidad en tu coño que gustoso se cernía sobre él con sus paredes, y gracias a esto su voz se distorsionaba en una mucho más incitante.
—Tú dime —susurraste, tus ojos se cerraron por un momento al estremecerte de golpe cuando te brindó una fuerte arremetida.
—Tal vez... todo. No hay alguna parte que no me guste de ti —musitó, aumentando un mínimo el ritmo—. Me encanta la manera en que te retuerces cuando te tomo así.
Sus manos se movieron con veloz precisión hasta tus muñecas las cuales sujetó y obligó a que pusieras por encima de tu cabeza para retenerlas ahí.
—Stephen... —gemiste por la impresión y por la excitante adrenalina que te golpeó.
—¿Te gusta?
Asentiste, mordiendo tu labio inferior.
Sus acometidas se tornaron vehementes, potentes, llevando tu cuerpo rápidamente al punto mágico donde comenzabas a delirar de gozo y satisfacción. Él se acercó hasta que no quedo espacio entre ustedes, gruñendo como un lobo feroz. Eso te volvía su víctima, la cuál atacó sin nada de misericordia hasta tenerte agonizando en el más devastador éxtasis gracias a sus embestidas que se descontrolaron con la cúspide de el placer más sublime y ardiente.
—¡Dios! Stephen —clamaste, colapsando entre sus brazos con los espasmos que dejó la llegada a la cima— ¿Acaso querías que no volviera a caminar jamás?
—No quiero molestarte, cariño, pero eres tú la que propuso hacer un bebé —te recordó con una sonrisa burlona.
—Por supuesto. Y tú sólo aflojaste y cooperaste, ¿no?
—Yo sólo cumplí tú deseo —se defendió él.
—¿Mi deseo? —finguste estar ofendida—. Pues será mejor que no se te ocurra cumplir los deseos de otras, mago de quinta.
Stephen rió, dejando un beso tus labios mientras te sostenía para que no resbalaras.
゚・*:.。*:゚・♡
No me gustó éste, idk traté de que fuera mejor pero salió bien feo ):
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𝕸𝖆𝖗𝖛𝖊𝖑 ( 𝖒𝖚𝖑𝖙𝖎𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊 )
Fanfiction𝕸𝖆𝖗𝖛𝖊𝖑 ━━ 𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 ❛ avengers... assemble! ❜ 𝚂𝚎𝚗𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎𝚜𝚎𝚗𝚜𝚎𝚒© ━ 𝙲𝚘𝚟𝚎𝚛 𝚑𝚎𝚌𝚑𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚊 𝚍𝚒𝚘𝚜𝚒𝚝𝚊 𝚂𝚃𝙰𝚁𝚃𝙷𝙰𝚃𝚂𝙷𝙸𝙽𝙴