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Veías divertida la forma en que tu novio daba vueltas sin ningún propósito en la habitación mientras mantenía su vista clavada en el suelo y mordía sus uñas.
No era usual en él verlo tan nervioso, decidiste detenerlo antes de que perforara el piso.
—Cariño... —lo llamaste pero él siguió en su faena— Amor... —el mismo resultado— ¡Rubio teñido! —clamaste y al fin conseguiste que su atención.
—No soy un rubio teñido —gruñó él.
—Como sea, ya deja de dar vueltas o harás un hoyo en el suelo —le pediste con una ligera sonrisa.
Él obedeció casi bufando y se sentó a tu lado en el sofá.
—Tú sabes porque estoy así...no dejó de pensar en lo de Wanda —murmuró con la mirada perdida en el misterioso suelo.
—Pietro, tu hermana sólo está enamorada. No es como si fuera algo de otro mundo —le hiciste razonar.
—Aún es muy pequeña —gruñó inflexible.
—Tienen la misma edad —le recordaste, rodando los ojos.
—Es diferente. Ella aún es muy inocente —argumentó—. Debo saber de quien está enamorada y luego...
—Y luego no harás nada —lo interrumpiste—. Wanda puede hacer lo que quiera con su vida.
—Claro que no. Soy doce minutos mayor que ella así que tiene que obedecerme —demandó el gemelo.
—Amor, ella quiere decirte personalmente de quien esta enamorada y no creo que le guste tu reacción —trataste de convencerlo.
Por supuesto que sabías quien le gustaba a Wanda, casi todo el equipo lo sabia... Menos tu novio que era muy distraído como para darse cuenta de la química entre su hermana y Visión.
—Tú no lo entiendes.
—Claro que sí, ¿no recuerdas cuando aún no le decíamos a mi padre sobre lo nuestro?
—Sí, teníamos miedo y lo mantuvimos en secreto por unas semanas —sonrío. Entonces ambos comenzaron a recordar aquellos días...
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Tres meses antes.
Desde que los gemelos se habían unido a los Vengadores luego de los sucesos en Sokovia, Pietro sintió una rara atracción contigo en el momento en que tu padre los presentó. No pudo evitar caer ante ti al instante y desde entonces buscaba cualquier excusa para poder estar a tu lado. Se hicieron muy unidos en poco tiempo, ya era usual verlos siempre juntos riendo o haciendo cualquier cosa.
