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—Estúpido perro, ¡Dame mi zapato!
Tus gritos podían escucharse casi por todo el edificio, tratabas inútilmente de atrapar al pequeño canino que llevaba en la boca uno de tus zapatos favoritos.
Le habías sugerido a Clint la idea de adoptar una mascota desde hace mucho ya que no te gustaba verlo tan estresado por las misiones y pensaste que tal vez así lo verías más animado. Él aceptó tu sugerencia y fueron al refugio de animales, el castaño puso toda su atención en un gran Danés y tuvo una conexión con el canino al momento.
Todo iba bien entre Clint y "Beans", el nombre que decidió ponerle. Pero tu relación con el perro no era igual de buena. Tan sólo llevaban una semana con el y ya había destrozado varios de tus zapatos, ropa y robaba tu comida. El pequeño intruso incluso te robaba la atención de tu novio, o al menos así lo veías tú.
Estabas cansada, deseabas nunca haber mencionado lo de adoptar una mascota. Ahora era demasiado tarde.
—¡Ven acá, saco de pulgas! —volviste a ordenar.
El intruso se quedó quieto, pensaste que era tu gran oportunidad y te lanzaste a el canino quien corrió lejos, provocando que te golpearas contra el suelo. Gruñiste bastante molesta y trataste de correr tras el pero chocaste contra el cuerpo de alguien. Te tomó de la cintura para evitar que cayeras al suelo de nuevo.
—Amor, creo que te falta un zapato —comentó burlón el castaño, señalando tus pies.
—Tu perro me lo robó —te quejaste, dándole una mirada glacial.
—¿De nuevo? Te dije que los dejaras en un lugar alto, ya sabes que a Beans le encanta morder cosas —dijo Clint con una pequeña sonrisa, tratando de darte un beso pero te separaste de él y te sentaste en la cama con los brazos cruzados— ¿Estas molesta?
—No Clint, estoy saltando de la felicidad porque tu perro destrozo mis zapatos favoritos —ironizaste.
Tu novio se acercó a ti y se sentó a tu lado pero tú te negabas a mirarlo.
—Lo siento, nena. Te prometo que te llevare de compras y dejare que gastes todo mi dinero en ti —se disculpó él.
—No es suficiente —musitaste seria, aún sin mirarlo.
Él trató de no reír, le encantaba verte molesta ya que le parecías adorable.
—¿Quieres que devuelva a Beans? —dudó nervioso.
A pesar de que odiabas un poco al canino, no querías que Clint lo regresara ya que sabías que se sentiría mal y no soportarías verlo así. Sería muy egoísta de tu parte.
—No, pero al menos quiero que lo mantengas lejos de mis cosas —exigiste, Clint estaba a punto de celebrar pero lo detuviste—. Y... que pases más tiempo conmigo y no con él.
Esta vez si lo miraste pero te arrepentiste ya que sonaba un poco estúpido que tuviera celos de un animal.
—No puedo creerlo... ¿En serio estás celosa de Beans? —te preguntó divertido. Sentiste tus mejillas ponerse rojas.
—No —mentiste pero sabías que sería inútil intentarlo ya que tu novio te conocía como la palma de su mano.
—Sí claro. Ya dime la verdad, nena, sabes que no me burlaré —dijo, abrazando tu cintura.
—Pasas más tiempo jugando con él y en la noche cuando quiero que hagamos... eso, siempre estas muy cansado —admitíste.
—Oh nena, lo siento. No creí que te sentirías así, fue tu idea lo de una mascota.
—Lo sé pero ahora me arrepiento.
—¿Sabes qué? Tienes razón y por eso... te daré una recompensa —te aseguró en tono sugerente.
—¿Qué clase de recompensa, Hawkeye? —seguiste su juego.
Rodeaste su cuello con tus manos y te acercaste a él hasta que sus labios se rozaban.
—Una tarde de puro sexo —propuso él.
—Trato hecho —aceptaste antes de lanzarte a sus labios.
Fin.
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Uno de Clint, cortito pero espero que lo disfruten <3
