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He peleado contra tantos enemigos en estos tres años con los Vengadores pero esta definitivamente iba a ser la peor batalla de todas ya que no sólo pelearía contra la única familia que he conocido, también estaría Steve, el hombre con el que estaba a punto de casarme hasta que esta guerra se atravesó.
A unos metros de nosotros estaban los Vengadores restantes más dos nuevos integrantes: Bucky, el amigo de Steve y otro desconocido.
—No quiero hacer esto —murmuré, mordiendo mi labio y mirando a Steve desde la distancia.
—¿Estás con él o conmigo? —inquirió Tony, mi padre, inflexible, colocando su máscara para iniciar su vuelo.
Suspiré con cansancio y comencé a preparar mis poderes para atacar. Ya sé que no debería tener poderes ya que Tony es completamente normal. Pero en realidad, soy algo así como su hija no oficial adoptiva.
Suena extraño pero sucedió cuando me rescató de HYDRA hace mucho tiempo, nos volvimos muy unidos hasta llegar a convertirse en algo así como un padre para mi.
La pelea inició, mi objetivo principal fue luchar contra Wanda ya que yo tenía telequinesis como ella así que no era tan difícil para mi. Vi a mi padre lanzarse sobre Steve.
No quería luchar contra mis amigos.
"Prometo estar siempre contigo, Steve"
"También yo, ______."
—Sabes, a Steve realmente le dolió que no estuvieras a su lado en esto —la voz de la sokoviana me sacó de mi mente mientras seguíamos en combate.
—No tengo otra opción y lo sabes —le recordé, bloqueando otro auto en el aire para mandarlo lejos.
—Tú estas en contra de los acuerdos, ¿por qué no le dijiste a Tony? —dudó, lanzando su energía escarlata a mi pero yo la desvié para que no pudiera tocarme.
—Porque él salvó mi vida, debo estar con él —contesté firme, tratando de no doblegarme.
Le di un leve golpe a Wanda con mis poderes ya que no quería lastimarla demasiado y cayó al suelo como consecuencia. Me di la vuelta y planeaba caminar hacía Tony para ayudarlo, Pero la voz de ella me detuvo.
—Steve también te ha protegido y estuvo más tiempo a tu lado que Stark —argumentó ella. Maximoff tenía razón.
Caminé de vuelta hasta estar frente a la sokoviana y le tendí la mano con una sonrisa para ayudarla a levantarse, aún seguía siendo mi mejor amiga después de todo.
—¿Qué hago, Wan? —le pregunté en un susurro para que sólo ella escuchara.
—Ve por él —respondió del mismo modo, dándome una sonrisa de apoyo. Abrace a la gemela, hace mucho que necesitaba un consejo de ella.
