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—¡Estos bastardos alienígenas son fuertes! —se quejó una de las alteradas, al tiempo que se defendía con fervor de una criatura de aspecto humanoide pero de piel azul que se había presentado como Proxima Midnight.
—¡_____! —Wanda abrió los ojos como platos al ver uno de los alienígenas sobre Vision, tratando de arrancar la gema en su frente con un cetro mientras el androide gritaba.
La castaña no podía llegar a él ya que se hallaba ocupada con el tercer invasor, llamado por los otros dos como Corvus Glaive, o algo así. ¡Vaya nombres raros! Realmente no importaba porque los malditos llegaron inesperadamente en busca de una sola cosa. La gema de la mente.
La otra alterada levantó una de sus manos, causando grietas en el suelo cerca de Vision, pero fue interrumpida cuando la única mujer enemiga lanzó su cetro. La chica de pelo grisáceo logró esquivar el arma, sin embargo, en lugar de golpear la esquina, fue atrapada en las sombras. La alterada frunció el ceño, ¿acaso vendría otro estúpido alienígena?
Wanda también se giró para mirar y, de pronto sonrió, tanto como su mejor amiga. Steve Rogers, con una barba de vagabundo y portando de nuevo su traje- salió entre las penumbras, junto a una Black Widow ahora rubia.
—¡Steve, amor! —exclamó _____, quitándose de encima con una patada a Proxima para poder correr a abrazar a su amante. Él le respondió.
—Tendremos tiempo después, ¿de acuerdo? —murmuró el rubio, besando su frente para luego correr a ayudar a Wanda y a Vision.
No fue una batalla sencilla, pero sabían que la peor aún estaba por venir. Lograron salvar a Visión de lo que pudo significar su muerte, gracias a que Nat le clavó su propio cetro a Ebony Maw, el alienígena que al parecer era uno de los pocos que podía vencer al androide.
Steve no se separó de su chica, peleando a su lado contra la mujer de armadura, pero vaya que era dura.
—¡Steve, la caballería llego! —le anunció Natasha al ver descender la nave que, sabía, le pertenecía a cierto Wakandiano.
—Cariño, distracción —le indicó Steve a la alterada. Ella asintió con una sonrisa.
Mientras sus amigos corrían a la nave, elevó sus manos hacía los tres alienígenas hostiles, erigiendo una barrera de hielo que les evito el paso.
