Secreto a la luz

217 24 0
                                    

- ¿Qué pasa Jace? No me asustes - le dije bromeando.
- Deja de reírte. Creo que debes sentarte para poder asimilar esto.
- Dime.
- Ya sé que te debo muchas respuestas así que comenzaré a responderlas. Alison es mi ex novia y también fue mi hermanastra. Dije que tú eres mi nueva Ali, no porque me haya roto el corazón, porque ella tenía algo especial con lo que podía enamorar a cualquier persona. En serio lamento no habértelo dicho antes. - dijo revolviéndose el pelo.
- ¿Estás diciendo que saliste con tu hermanastra y que tengo ese don especial?
- Precisamente.

No entendía por qué me estaba diciendo esto ahora y no antes. ¿Era eso lo que me ocultaba?, porque si es así era el secreto más dulce que alguien me hubiera ocultado.

- Ok. Esto es muy raro - dije sonriendo.
- Ahora viene lo más difícil de decirte, Clary. Odiaría que te enojes conmigo por esto, pero ya elegí la Universidad a la que iré, y se lo dije a Kim.
- ¿Ese era el secreto que se traían ustedes? ¿Por qué no me lo dirían?
- Porque mi academia queda en Canadá y es de.... Es un instituto policial.

Lo miré y comencé a reír.

- ¿Qué es lo que te parece gracioso?
- Tu chiste - contesté señalándolo.
- Clary - dijo agarrándome de los codos para que pueda verlo - No es un chiste. Me mudaré a Canadá, estudiaré para policía e iré al ejército.
- ¿Qué? Pero Jace. Ya no es obligatorio ir al ejército.
- Lo sé. Pero quiero ir. Así que tendremos que....

Tenía el corazón en la boca. Acababa de pasar por un accidente y tuve que soportar el dolor de mi pierna. ¿Encima, debía aguantar el dolor de que mi novio vaya a la guerra?

-  Aguarda, aguarda, aguarda ¿Estás diciendo que irás al ejército? Jace, estás loco ¿Me dejarás por ir a la guerra? En donde puedo perderte para siempre. En donde no nos veremos - dije llorando.
- No. Clary - levantó la voz, casi gritando - Lo estás haciendo difícil. Es mi decisión, no la tuya.
- Espera. ¿Y no importa mi decisión en esto?
- Claro que sí, pero ya lo tengo decidido.
- Pero debes hacer la inscripción y si no entras este año, no podrás ir.
- Sí, porque ya entré. En el examen saque noventa y ocho de cien.
- No Jace. Por favor no hagas esto.
- Lo siento Clary.
- Por favor Jace. Te lo pido.

Me miró a los ojos pero no dijo nada. Me apoyé contra la columna y acerqué mis rodillas al pecho. Empecé a llorar cada vez más fuerte.

Todavía no podía asimilarlo, no podía creer que la persona a la que amaba se arriesgara tanto para nada. Ya sé que era su decisión, pero la odiaba. Y creo que tendría que haberse parado a pensarlo mejor. Como es su último año mientras que yo estoy en quinto, sé que empiezan a achicarse las opciones de posibles universidades. Pero creo que Jace se fue al carajo.

- Clary, ya basta. Deja de hacerlo.

Se dio vuelta para verme nuevamente y murmuró:

- Mierda, Clary. Deja de convencerme de todo.

Corrió a abrazarme y me cubrió con su chaqueta.

- Esto no va a funcionar.

En cuanto dijo eso, mi corazón se quebró en 10 pedazos. Cada uno contenía uno de los recuerdos más preciados que tenía de Jace. Hacía frío, el cielo era gris y seguía lloviendo. Perfecto día para un triste rompimiento.

Levanté la vista y lo miré.

- Jace. Por favor no lo hagas. No termines conmigo. No vayas a la academia, ven a Nueva York.
- Ya tomé mi decisión.
- Jace. No me dejes.
- Ya basta, no me harás cambiar de opción. No faltaré solo porque tú lo dices.
- No puedes dejarme.
- Sí puedo. Todo esto va a acabar y lo sabes.
- Espera - dije sollozando - antes de que te vayas, dime el porqué de ir allí.

Suspiró fuerte y se sentó en el mismo escalón donde yo estaba.

- Clary, recuérdame  un momento que hayamos pasado juntos y no hayamos salido heridos.
- Es que no salimos heridos.
- Tu pierna rota me dice otra cosa. En ese momento no estuve para poder salvarte. Cuando nos golpearon Quinn y Brad ¿olvidas eso? - me mordí el labio inferior mientras unas lágrimas recorrían mis mejillas - no pude hacer nada para que no te lastimaran. Estoy muy débil y aquí junto a ti... No quiero estar cerca de ti si voy a hacerte daño.
- Estás diciendo estupideces.
- Clary, lo siento, pero esto va a acabar y lo tienes que aceptar.
- Pues entonces terminamos - le grité entre lágrimas.
- No lo podría haber dicho mejor.

Me alejé furiosa, pero más que enfadada, estaba realmente triste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me alejé furiosa, pero más que enfadada, estaba realmente triste.

Entré en el auto y me puse el cinturón. Vi que entró en su casa y dio un portazo. Ni siquiera, se dio vuelta para verme salir y saludarme. Tomé aire y soplé profundamente.

Pero habíamos terminado y los dos estábamos seguros de que era la correcto aunque arda como el fuego.

Estacioné en casa y marqué el número de Kim.

- Hola Kim.
- ¿Qué pasa Clary?
- ¿Puedes venir a casa?
- ¿Qué pasó?
- Simplemente quiero que vengas a dormir.
- Claro, aunque suenas preocupada.
- Estoy bien.

Cortó y entré a casa.

Me tiré en la cama y puse música. Maldita selección de música triste. Pero antes de que pueda terminar la segunda canción, sonó el timbre.

Mamá se asomó a mi cuarto.

- Es Kim. ¿Abro?
- Sí. Yo la invité.

Fui al baño y limpié mis lágrimas. Antes no debía preocuparme por ello porque lo hacía Jace. Pero ya no lo tengo más. Estúpida Clary, ¿puedes sacarlo de tu cabeza?

- Hola amiga - dijo abrazándome.
- Hola.
- Te sacaron las muletas. No sabía. Me enteré de que mañana llegan las cartas ¿Anciosa?
- Nerviosa.

Un largo silencio se armó. Raro. Eso nunca pasaba entre Kim y yo.

- Y... ¿Todo bien?

La simple palabra bien, afectó mi estado de ánimo nuevamente poniendo mis ojos vidriosos de lágrimas.

Asentí lentamente y me miró con cara de que no me creía. Entonces negué con la cabeza y unas gotas rozaron mis mejillas. Me tiré en la cama.

Se acercó y se agachó al nivel de mis rodillas.

- ¿Qué pasa?

No quería decirlo porque si lo diría, sabría que es real. Que no es una simple pesadilla. Pero tampoco le puedo decir a mi amiga que estoy llorando por el simple hecho de que hace unas horas vi Bajo La Misma Estrella.
- Terminamos, Kim. Terminamos - dije llorando.
- Oh, por Dios. Ven aquí mi niña.

Me abrazó y empezó a acariciarme la cabeza.

Le conté todo lo que pasó y trató de levantarme el ánimo haciendo bromas.

- Está bien. Si quieres le pegaré una trompada, le dije que no juegue con los sentimientos de mi amiga.

La miré sonriendo.

- ¿Sabes qué es lo peor? Que ahora es real. Ahora sé que terminamos y que no volveremos a estar juntos.
- Apapa, tú no lo sabes - dijo señalando mi boca.

Se calmó un poco la típica Kim que va de acá para allá sin parar de hablar, y se sentó al lado mío.

- Oye - dijo tocando mi hombro - No quiero apurarte ni nada, pero Jace se irá mañana. Creo que tendrías que despedirlo.
- Lo pensaré.
- Piensa rápido.
- Ay, Kim.



Chica de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora