Chica de Papel

Chico Nuevo

Hoy entró un chico nuevo. Se apoda Jace. Su nombre completo es Jason.

Solo con abrir la puerta del salón y aparecer con su aspecto de chico popular, logró que todas las chicas cayeran a sus pies como mosquitas muertas, acosándolo con demasiadas preguntas.
Apenas llegó y ya es uno de esos chicos populares, que hacen maldades y juegan al fútbol. De esos que seguramente tendrán novias porristas y las besarán públicamente como si no tuvieran nada mejor que hacer y para demostrar que esa chica les pertenece o como dice Kim " para marcar territorio". ¿Qué se creen esos idiotas tratando a las mujeres como si fueran objetos?

Y luego, cuando sean grandes adultos van a pensar que simplemente fue un amor del Instituto completamente normal sin darle importancia sentimental, y se arrepentirán de haber salido con esa chica, y no conocer ni intentarlo con la chica del fondo.

Lo sé, porque después de que mi hermano rechazó a McKenzie (en este caso la chica del fondo) terminó con Maddison (la porrista de esta historia) debido a que lo engañó. Esas malditas entran en tu vida, te ilusionan y luego te rompen el corazón en mil pedazos, como si fuera un juego al que ellas juegan llamado "¿quién deja más destrozado a un chico?"
¿Ven? A esto es a lo que me refiero cuando digo que nunca hay finales felices. Al menos no en la realidad.

Regresando a Jace, es bueno que se lleve bien con la clase de química y física del profesor Shane. Lo sé, porque al ser la que siempre queda sola, al nuevo me lo encajaron a mí.
No hablamos mucho, pero como cualquier chico popular debe ser creído y egoísta.
Para variar lo atrapé mirándome...
I - N - C - Ó - M - O - D - O.
Lo bueno es que lo encontré en la biblioteca, y ya eso de parte de un popular es demasiado raro. ¿Se habrá puesto de moda ir a la biblioteca y yo no me enteré?

No lo creo, porque lo que están acostumbrados a hacer es, sentarse al lado nuestro y copiarse o pedir nuestros resultados de tareas y evaluaciones.
Lo curioso es que ya tiene un grupo de admiradoras. Y todo eso ¿en tan solo un día?

Lo peor es que no puedo evitar caer en sus hermosos ojos azules, que te miran con dulzura cuando sonríe y cómo ilumina la habitación con esa sonrisa cálida...

Ya basta, Clary. Malditas hormonas, ¿podrían dejar de funcionar y permitirme concentrarme en lo más importante?

Aunque tengo que admitirlo, tampoco me lo puedo sacar de mi cabeza si mi cerebro no lo quiere hacer. Además, vamos, va a ser mi compañero durante lo que queda del año. Así que mejor acostumbrarme a disimular cuando observo detenidamente sus ojos claros, mientras muero en el intento. O peor. Mientras me atrapa en el intento.